Amenazó con electrizar su vivienda para detener a los ladrones

NEUQUEN (AN)- Un vecino del barrio San Lorenzo amenazó con electrizar su vivienda y dijo que convocaría a sus vecinos para que lo imitaran, porque está cansado de los robos y de la escasa vigilancia policial.

Se trata de Alberto Gómez, quien posee un quiosco en el sector Quimey del barrio, en el extremo oeste. Ayer a la mañana habló con la radio LU5 y luego su esposa dialogó con "Río Negro" pero dijo desconocer la propuesta de su marido. Admitió, en cambio, que varias veces le levantaron la persiana del comercio para intentar robarle.

La amenaza de Gómez consiste en electrizar puertas, ventanas y rejas de la vivienda para desalentar a los ladrones. Lo haría a partir de las once de la noche y hasta las seis de la mañana del día siguiente.

El comerciante dijo que era consciente de las consecuencias que podría acarrear su accionar. Es que si alguien llegara a morir por tocar las partes electrificadas de su vivienda, podrían acusarlo de "homicidio simple", un delito que se castiga con entre 8 y 25 años de prisión.

En un caso así, sería responsable de la muerte de quien tocara la reja -ya se trate de un ladrón o un vecino distraído- y no podría considerarse una negligencia del dueño de casa Tampoco es que Gómez tenga intención de asesinar a alguien, pero si monta un dispositivo de esa naturaleza en su vivienda conociendo las consecuencias que podría arrojar, lo pueden acusar de "homicidio simple con dolo eventual".

En Neuquén ya hay antecedentes. A fines de 1999 fue sometido a juicio oral el dueño de un galpón que en el techo tenía un alambre electrizado. Un joven que lo tocó recibió una descarga fulminante y murió.

Nunca se supo si la víctima estaba en el techo con intención de robo o si simplemente buscaba refugio ante las bajas temperaturas, atento que el galpón estaba casi vacío. El dueño del inmueble fue acusado y sometido a juicio, aunque finalmente lo absolvieron porque no se pudo demostrar que había sido el que colocó el alambre electrizado.

El vecino que habló con la radio protestó porque "si mato a alguien voy preso, pero si me roban no va preso nadie".

No le puso fecha al día en que conectará los accesos de su casa a la corriente eléctrica, y lo dejó supeditado a la mayor presencia policial en su barrio. Tampoco fue posible establecer cuántos vecinos podrían acompañarlo en la drástica medida.