UNIVERSITARIO DESAPARECIDO

Centran la búsqueda en un baldío con malos olores

Ayer se revisó el lugar, pero no se encontró qué los provoca. Traerán nuevamente a perros entrenados de la Policía pampeana.

Ayer se utilizaron palas y una pesada maquinaria, aunque no se pudo resolver el misterio.

NEUQUEN (AN).- Los vecinos cuentan que desde hace más o menos un mes, los olores que emanan del baldío de la calle Pellagatti son insoportables e inexplicables.

En el lugar, cada tanto, el aire trae un extraño y desagradable vaho, que no se sabe de dónde sale.

Durante más de ocho horas, la Policía, los bomberos y un maquinista trabajaron en el baldío en el cual hasta hace un mes había un obrador de la empresa que construyó el asfalto del barrio Mariano Moreno, a unos cien metros de la multitrocha de la ruta 22. Se cree que en ese escenario, un terreno de 12 por 80 metros, puede haber un cadáver bajo tierra y se teme que pueda ser del estudiante Sergio Avalos, desaparecido hace dos meses El muchacho, de 18 años, fue visto por última vez en el local bailable Las Palmas-El Fuerte, ubicado a unos mil metros del baldío que ayer fue parcialmente revuelto por una retroexcavadora.

Por eso, anoche se esperaba la llegada de un perro olfateador de la división Canes de la Policía de La Pampa. El animal, especialmente entrenado para estas lides, será el encargado de determinar qué es lo que tanto inquieta a los perros del barrio que "aullan y ladran toda la noche, que están insoportables desde hace un mes", describieron los vecinos que se quejan por los malos olores. Hace siete días, la municipalidad retiró un perro muerto, pero los olores siguen.

En medio del misterio por la situación, pasaron por el baldío el jefe de la Policía, Juan Carlos Lezcano; el padre de Sergio, Asunción Avalos; y la fiscal Sandra González Taboada. Es que el muchacho de Picún Leufú es la única persona desaparecida que puede llegar a estar sin vida.

Ayer, los ojos de todo el barrio se clavaron sobre el baldío de Pellagatti al 320 que desde la noche del jueves mantuvo en vigilia a los vecinos de ese sector de la ciudad. "Esperamos hasta que venga la Policía, un rato mirábamos de un lado y después del otro", explicó un hombre de apellido Juan que ruega que sólo se lo identifique de esa forma.

Al perro o los perros pampeanos se sumará el grupo que comanda el Geo-Radar de la Policía de la provincia, un equipo que a partir de los rebotes de una señal puede determinar si hay elementos o cuerpos enterrados. Ese equipo ya se usó en esta investigación, dentro del local bailable.

Ayer a la tarde, este diario pudo comprobar que los malos olores no están en la imaginación de los vecinos: son tan reales como la misma preocupación que invade a todo Mariano Moreno.

¿Qué había en ese lugar hasta la partida de la empresa constructora? Todo la variedad de áridos que se puedan imaginar, además de asfalto y restos de hormigón que descargaban enormes máquinas y camiones. Por allí pasaron vehículos de todo linaje, desde aplanadoras hasta retroexcavadoras como la que ayer manejaron los bomberos. Con los uniformados en retirada, un perro ovejero belga fue y vino sobre el terreno por después de las cinco de la tarde. "Así andan los perros, esto es muy raro", dijo Juan.

Una alta fuente policial consideró que es poco factible que allí se haya enterrado un cadáver, y se inclinó a pensar que podría tratarse de un escape de gas o de algún veneno como podría ser el temido Parathion. Las respuestas a los interrogantes podrían conocerse hoy, en el terreno.