Pidieron hasta seis años y medio por el asalto a un locutorio

El fiscal Enrique Sánchez Gavier pidió seis y seis años y medio para dos detenidos por el asalto a un locutorio en Bariloche. A los detenidos no se les secuestró el dinero ni las armas.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Pese a que los policías no secuestraron armas ni dinero en poder de los detenidos, el fiscal Enrique Sánchez Gavier consideró que el robo se había consumado, a través de otros presuntos cómplices, y pidió 6 años y medio y 6 años de prisión para los imputados.

Los acusados por este robo, que tuvo un final espectacular, son Marcelo René Nahuelquín y Oscar Antonio Delgado de 35 y 34 años. El primero tiene una importante historia delictiva y hacía dos meses que acababa de cumplir su última condena, en tanto que Delgado resultó sobreseído en una causa por hurto que instruyó la justicia de Neuquén. En función de los antecedentes y la peligrosidad demostrada, dado que irrumpieron en una vivienda familiar en horas de la madrugada, al momento de solicitar la pena el fiscal se apartó del mínimo previsto para el robo con armas.

El hecho ocurrió el 6 de marzo de este año, aproximadamente a las 0.45, cuando Martín Solans acababa de cerrar el locutorio "El Monolito" ubicado en San Martín 672, y se encaminó hacia la vivienda de los propietarios, ubicada en el mismo predio, para entregar la recaudación de esa tarde. En forma sorpresiva, Solans fue atacado por dos individuos armados, luego identificados como Nahuelquín y Delgado, que lo empujaron e ingresaron a la casa del matrimonio Martínez-Pierini, con la presunta intención de buscar más dinero y efectos de valor. Pierini y su esposo fueron maniatados con alambres, y Solans con un cable, mientras los delincuentes se dedicaban a revisar la casa.

En esos momentos, la actitud comprometida de un vecino permitió que los ocupantes de un patrullero conocieran en parte las circunstancias y efectuaran dis

paros intimidatorios, y poco después los dos delincuentes se entregaron sin oponer resistencia. Uno de ellos salió a la puerta de calle, desarmado, y el otro aguardó a que lo detuvieran en el interior de la vivienda, junto a las personas que acababan de reducir.

Sin embargo las autoridades sospecharon que uno o dos delincuentes más habían ingresado por los fondos de la vivienda y habrían alcanzado a escaparse, dado que en ese momento no pudieron secuestrar ningún arma ni el dinero robado en poder de los asaltantes.

La sospecha sobre la presencia de otros individuos habría sido confirmada por el testimonio de los vecinos de la propiedad lindera, pero el defensor de los imputados, Omar Costa, pidió que encuadraran al hecho como robo simple y en grado de tentativa.

El 29 de agosto de 2001, un delincuente armado con un revólver y dos con cuchillo asaltaron ese locutorio, mientras otro los aguardaba a bordo de un auto. En esa ocasión, uno de los delincuentes le gatilló dos veces en la cabeza a María Pierini sin que el proyectil explosionara.