"Existenciarios", un logrado producto

La nueva obra de Locas Margaritas se repetirá el sábado, a las 21, en la Conrado Villegas.

Un universo regido por leyes y lógica propias se despliega ante el espectador en la flamante obra de "Locas Margaritas".

NEUQUEN.- En un marco escenográfico espectral que evoca con gran poder de síntesis ¿un paisaje lunar?, ¿un desierto?, ¿ruinas de un mundo que fue?, ¿un lugar ritual?... seres no menos espectrales, inusualmente altos y parsimoniosos van poblando, arrastrados por un viento impiadoso, ese paisaje que aparece simultáneamente como ya fenecido y en gestación.

"Arrojados al mundo" estos personajes de cabeza pequeña, largas piernas torpes y manos invisibles – acaso inexistentes o ineficaces- recorren un espacio que parece haberles sido fatalmente asignado, del que nada conocen La lograda traspolación plástica de este comienzo –como ocurre a lo largo de toda la coreografía- remite fielmente, con el plus que aportan la re-creación y el movimiento- a los dibujos despojados, potentes, sintéticos y expresivos de los "Microcéfalos" que componen el libro homónimo de Ramón Martínez Guarino, fuente de inspiración para la obra.

Un universo regido por leyes y lógica propias se despliega ante el espectador ¿hay acaso mérito mayor en una obra artística?

Los extraños seres se integran al paisaje, lo descubren, se apropian de él sin transgredirlo, lo revelan y se sumergen en él con la avidez insaciable del explorador o el niño.

Desde las alturas de su condición inicial hasta el ras de piso, en manada o solitarios, intentando por momentos con desesperación ser "dos (o todos) en uno", estos "existenciarios" dan cuenta de una existencia propia y ajena que se celebra, se sufre, se juega, se interroga en la acción y el devenir sin premeditación ni cálculo.

Cada tanto un solitario excluido parece indagar más allá de ese mundo tan vasto como acotado. Es entonces cuando la tribu le recuerda su ley o se la impone. Metáfora de la diferencia y de sus costos.

 Nada adorna, nada sobra  

La composición coreográfica de Mariana Sirote –efectuada con el aporte de los bailarines y la supervisión de la destacada coreógrafa y teórica de la danza, Susana Tambutti- indaga en las dinámicas y la definición kinética de los personajes de modo acertadísimo. El discurso del movimiento es sobrio y preciso a lo largo de toda la obra. Nada adorna, nada sobra, ni refiere a lenguaje alguno como no sea el estrictamente necesario dentro de las coordenadas de espacio, tiempo y condiciones de ser, que el mismo universo creado se encargó de definir. Mérito nada menor este, para una obra de danza. Lenguaje artístico en el cual demasiadas veces los discursos y formas preestablecidos se imponen a las necesidades de la creación que se intenta Los intérpretes Andrea Briceño, Carolina Costa, Patricio Elizalde, Laura González y Hugo Nain responden homogéneamente a los exigentes requerimientos de la pieza. Dúctiles y generosos en la utilización de variados recursos expresivos que no se limitan a la danza -el uso de la voz y el sobrio histrionismo, por ejemplo- revelan en sus desempeños las diversas disciplinas en las que abrevó su formación Párrafo aparte merecen también los rubros técnicos.

El vestuario de Turka (Claudia Ganquin) tanto como la escenografía e iluminación de Danilo García contribuyen enormemente a los logros de "Existenciarios". Funcionales, de impecable realización y nivel creativo estos rubro aportan a definir no solo la plástica de la obra, sino que también son determinantes en su desarrollo.

La compaginación musical de Humby Reynoso, en la que se alternan acertadamente ritmos folklóricos argentinos interpretados por Leda Valladares y los "Gauchos Alemanes" junto a creaciones de Arvo Part, Café Pengüin Orchestra y Caetano Veloso, da el marco sonoro apropiado a esta nueva obra de la Compañía de danza "Locas margaritas"

A diez años de su creación el grupo dirigido por Mariana Sirote prueba sobradamente con "Existenciarios" lo que pueden "la prepotencia de trabajo" y el talento.

Es la poderosa imagen final, con esa fuerte impronta de síntesis que atraviesa toda la obra, la que quizá mejor resuma el credo artístico de esta compañía: aún a ras de la tierra, aún siendo prisioneros de una realidad las más veces adversa para la creación, se puede intentar despegar y alcanzar vuelo.

¿Hace falta agregar que eso ha sido logrado?

Rubén Neira