La pasión de la adaptación

Spike Jonze y Charlie Kaufman hablan de cine en "El ladrón de orquídeas".

Nicolas Cage se desdobla en dos papeles.

Adaptación, una de las cualidades que marcan la evolución y la capacidad de supervivencia de las especies.

Adaptación, una forma de poder mantenerse en el mundo de hoy. "Adaptation", "Ladrón de orquídeas" en la Argentina, una película en la que el cine habla del cine, y del hombre. Después de sorprender con "¿Quieres ser John Malkovich?", el director Spike Jonze y el guionista Charlie Kaufman sabían que era mucho lo que se esperaba de ellos.

Las ideas originales escasean en el cine hollywoodense y el que demostró tener aunque sea una debe reafirmar que no fue una mera casualidad, que su talento es algo más que un breve momento de inspiración.

Un reto que ambos pasan más que airosamente en su segundo trabajo juntos Este es uno de los temas sobre los que gira "Ladrón de orquídeas", una película que va describiendo el proceso que vive el guionista Charlie Kaufman (Nicolas Cage) cuando le encargan la adaptación del libro "El ladrón de orquídeas" para el cine, hecho que dio origen al filme. Y es el comienzo de una película que se va moviendo en varios planos con la virtud de no tornarse confusa ni dejar cabos sueltos que dejen al espectador perdido en el relato Entre las cavilaciones del guionista y su relación con su hermano gemelo Donald, que también quiere escribir para el cine y toma un seminario de un gurú de Hollywood, se muestra la historia de John Laroche (un fantástico Chris Cooper), el ladrón de orquídeas que ante cada golpe de la vida y la pérdida de interés va adaptándose a todo.

El pasa de coleccionar espejos, a tener un vivero o un sitio porno sin remordimientos ni cuestionamientos. También se describe la investigación de la periodista del "New Yorker" Susan Orlean (Meryl Streep), quien escribe primero un artículo y luego el libro, y la relación que va entablando con Laroche.

Un encuentro que le lleva a replantearse su mundo tranquilo, seguro, pero desapasionado, aunque asomen destellos de pasión en su escritura.

Con esa falta de pasión se conecta también Charlie Kaufman, quien intelectualiza todo y se siente presionado a demostrar constantemente su inteligencia.

La contracara es justamente su hermano, quien disfruta de lo que viene y con un guión lleno de clichés, una mezcla de distintas películas, logra un contrato millonario. Esas son las historias, pero en la pantalla hay mucho más. Jonze muestra la construcción del relato, y como va modificándose, adaptándose, constantemente. Expone las presiones de la industria y cómo de un enunciado inicial el proceso de realización de una película muta de un género a otro  

Silvina Fernández
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