Sábado 23 de agosto de 2003

Gregg Bisonette: Solo de batería

Hace unos días estuvo en Neuquén Gregg Bissonette, considerado como uno de los más destacados bateristas de la actualidad. Con su instrumento ha acompañado a artistas como Joe Satriani, James Taylor, David Lee Roth, Toto, Steve Vai, Brian Wilson, Electric Light Orchestra, Andy Summer, Santana, Steve Ray Vaughan, Ray Charles y Maynard Ferguson, entre otros. "Río Negro" participó en la clínica que brindó en esa ciudad. Esta crónica da testimonio de su talento y su humildad.

Los pibes empezaron a llegar dos horas antes del horario previsto. No se trataba de cumplir con el ritual de un recital, aunque cada una de las personas que esperaban escucharlo sabía que ésa era una oportunidad única: Gregg Bissonette, uno de los bateristas más importantes del mundo, estaba dispuesto a transmitirles sus conocimientos a los músicos de Neuquén. Entró al auditorio de la Escuela de Música con una sonrisa amplia y saludando a todos, como si estuviera en una reunión de amigos. El lugar estaba repleto de jóvenes y los aplausos se sostuvieron durante unos minutos: no podían creer que el tipo que acompañó a tantos músicos gigantescos fuera el mismo que se acomodaba detrás de la batería para comenzar su clínica en esta ciudad patagónica.

Y es que Gregg Bissonette es el baterista que aportó su versatilidad a gente como Joe Satriani, James Taylor, David Lee Roth, Toto, Steve Vai Brian Wilson, Electric Light Orchestra, Andy Summer, Santana, Steve Ray Vaughan, Ray Charles o Maynard Ferguson Unas horas antes, en conferencia de prensa, Bissonette brindó los primeros indicios de su simpleza y de su maravillosa humildad. Lo primero que hizo fue mostrar con los ojos brillantes y algo ruborizado un recorte que testimoniaba "el sueño de toda una vida": acompañar a Ringo Starr en un dúo de batería. "Ringo es la razón por la cual yo quise integrar una banda, y pienso que es uno de los bateristas más grandes por la habilidad que tiene y que tuvo de tocar en una banda pop tan bien sincronizado con las voces. Para mí fue un sueño hecho realidad tocar para mi baterista favorito, mientras él cantaba y yo tocaba para él. Y como muestra la foto -lo decía y se tocaba el corazón- hicimos algunas canciones de los Beatles juntos. Fue increíble".

Antes de responder preguntas, agradeció a "todos los que hicieron que tuviera la oportunidad de conocer Neuquén, porque vine seis veces a la Argentina pero nunca estuve en el sur". Así empezó la tarde del domingo pasado con Gregg Bissonette: teñida de la simpleza y la cotidianidad que tienen los domingos por acá.

ste personaje sumamente expresivo y dotado de un sentido del humor sorprendente, disfruta de recordar los orígenes. "La primera vez que toqué la batería tenía seis años, porque mi padre es un baterista profesional y mi madre era pianista, así que crecí rodeado de música, ya que ellos tenían una banda". Y continúa: "adoraba cantar, y creo que cantar es muy importante para los bateristas al momento de integrar una banda, porque de esa forma se logra una participación armónica además de rítmica. También me gusta tocar la trompeta, porque Maynard Ferguson es uno de mis héroes e incorporé el piano para componer canciones".

Dice que en la actualidad pasa el "60 por ciento del tiempo en sesiones de grabación, un 20 por ciento del tiempo de gira con bandas y otro 20 por ciento dictando clínicas". Sabe que a las clínicas asisten tanto estudiantes de batería como profesionales y asegura que intenta "transmitir a todos ellos técnicas para tocar la batería y para convertirse en profesionales, pero también la idea de que tienen que divertirse haciendo música".

Además de haber acompañado a muchos de los músicos que hoy aparecen como importantes referentes en cada uno de los géneros que exploran, Bissonette tiene dos discos como solista: "Gregg Bissonette", editado en 1998, y "Submarine", grabado en el año 2000. Cuenta que del proceso de composición de sus canciones participa siempre su hermano, el bajista Matt Bissonette, y que el equipo que conforman "es algo así como Lennon y Mc Cartney, aunque -admite- mi hermano es el verdadero compositor, porque las armonías y melodías aparecen mejor en su cabeza".

El músico afirma que no pretende que sus discos aparezcan en las radios. "Están compuestos por canciones con estilos bien diferentes, que expresan algo que siento. En el medio de cada canción hay un solo de batería y eso no es tan común en las radios, pero a mí me gusta hacerlo: son álbumes de un baterista, pero con verdaderas canciones". En cada uno de los discos participan su hermano en el bajo y "diez grandes guitarristas", como Scott Henderson, Steve Stevens, Andy Summers, Tim Peters, Steve Vai Joe Satriani. "Son canciones básicamente instrumentales, aunque algunas tienen letra, y no apuntan sólo a los bateristas, sino a la totalidad de los músicos y de la gente a la que le gusta la música. Por fortuna Steve Vai -el presidente de la compañía discográfica para la que grabó- me dio la posibilidad de hacer el disco que yo quisiera, entonces pude incluir los géneros más diversos".

La versatilidad es una de sus características fundamentales como músico, tanto al momento de componer como de acompañar a otros sobre el escenario. Agradece la calificación y dice que "eso se logra cuando llegás a amar realmente los ritmos que tocás o fusionás". Explica que "muchas veces se da a partir de la música que escuchás, y otras veces conocés diferentes géneros en la medida en que viajás y las propias culturas del mundo te muestran cuáles son sus ritmos originarios. Eso es lo mejor de viajar".

Asegura que para tocar con músicos tan diferentes funciona de la misma manera. "Yo crecí escuchando a Santana, a Electric Light Orchestra, a los Beatles y a The Police. Y amé todo tipo de música. Cuando eso pasa, no tenés problema para tocar o aprender lo que sea".

Se refiere además al crecimiento personal que implica compartir momentos con artistas reconocidos y dice que hay veces en que "deseás conocer a una persona porque es un ídolo y te encontrás con que desde el punto de vista humano no lo es tanto". Y aclara: "por fortuna, los músicos con los que me tocó grabar o tocar son excelentes seres humanos". Asegura que "para convertirse en un profesional de la música hay un 50 por ciento de ser un buen músico y un 50 por ciento de ser una buena persona, alguien con quien los demás deseen estar. La gente no quiere estar con alguien que vive rezongando o con mala cara, sino con alguien que le levante el ánimo".

 Cuando el escenario no está tan lejos

 Se sentó detrás de la batería y el silencio se adueñó del auditorio. Los rostros que asomaban frente al escenario -para ver, escuchar, sentir mejor- sólo denotaban expectativa. El baterista les regaló un solo que se prolongó por más de veinte minutos y recorrió, teñido de matices, los ritmos más diversos. Algunos se agarraban la cabeza, otros silbaban, otros aplaudían, otros sonreían, otros compartían con el de al lado frases como "Es increíble", "Qué maestro" o "No lo puedo creer".

La increíble velocidad de ese cuerpo sólo pudo percibirse cuando los sonidos que Bissonette le arrancó a la batería ocuparon el lugar y retumbaron en las vísceras d cada uno. Los ritmos fueron uno solo: la sutileza los enlazó, uno tras otro. No hubo cortes ni interrupciones, sólo una pieza de talento indiscutible.

Un par de minutos después, cuando los aplausos que devolvió el público le dieron el aval para continuar maravillando, el artista ofreció su "pequeño homenaje a Ringo Starr y a The Beatles, para que noten que uno puede descubrir cada canción a partir del ritmo de la batería". Y así fue.

A cada introducción que él ejecutaba se sumaba, segundos más tarde, la versión grabada del cuarteto de Liverpool: para entonces el público ya había adelantado el nombre de la canción, ante la sonrisa y el asentimiento del maestro. Así pasaron, unidos por la magia de Bissonette, clásicos como "Ticket to ride", "Strawberry Fields", "In my life", "Come together" y "Twist and shout". Como si tal cosa, acompañó a otro de sus ídolos, Buddy Rich, en "In a mellow tone", y el público siguió aplaudiendo, mientras él explicaba que "Ringo fue la razón por la que quise estar en una banda, pero Buddy Rich fue la razón por la que decidí que quería tocar la batería" El reconocimiento que Bissonette les expresa continuamente a los músicos que admira es el mismo que se llevó de cada persona que se cruzó con él en Neuquén: todos aplaudieron su talento, todos agradecieron su simpleza.

 

Paula Gingins

 

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