Martes 19 de agosto de 2003

Viaje hacia la pasión y el movimiento

Gaik Kadjberounian bailó por primera vez junto al Ballet Río Negro. El público ovacionó la llegada del bailarín armenio y disfrutó de un espectáculo muy original y variado.

 

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El Ballet Río Negro presentó distintas obras el sábado último, como "Tango IV".

Ver un espectáculo a veces es como ir de viaje. Los paisajes más destacados -de la aventura vivida en el escenario del Auditórium de Ciudad de las Artes de Roca- oscilaron entre movimientos lúdicos, la fuerza del dos por cuatro y la pasión flamenca, para finalmente desembocar en los explosivos saltos del recién llegado bailarín armenio Así fue el último espectáculo del Ballet Río Negro del Instituto Universitario Patagónico de Artes, que el sábado último ofreció una función especial, con un programa de lo más variado.

El comienzo fue bien "Urbano", con música de Cosentino e interpretada por el Ensamble de Percusión de la Fundación Cultural Patagónica. La coreografía de María Cecilia Cide, repleta de movimientos cortados y figuras de la danza contemporánea de la rama más clásica, fue representado prolijamente por los bailarines del UIPA.

Con una silla como única acompañante, Armen Gregorian volvió al Auditórium pese a que no estaba anunciado en el programa . Sus muñecas, sus pies (aunque llevaba los zapatos sin clavos) y su expresión, demostraron que quien maneja bien el flamenco puede solo sobre un escenario "Ole de la Cura" y "Bolero", siguieron con las notas españolas. Sus intérpretes supieron aprovechar con su cuerpo y sonrisas, la simpatía de estas tradicionales danzas.

Como cierre de la primera parte llegó "Tango IV", sobre la partitura de Piazzolla y con la coreografía de Marcio Chinetti. El dos por cuatro se fusionó con el ballet de una forma efectiva. El dúo de Chinetti y Rita Larroulet concentró la explosión de las pasiones, el temperamento masculino y los gestos sensuales, que delinearon el conjunto de esta obra.

Los enfervorecidos aplausos de una sala llena demostraron que la armonía y la virtuosidad tienen inmediato reconocimiento.

Tras diez minutos de intervalo llegó la parte lúdica. "Emociones", creada por Claudia Gómez Luna, e interpretada por ella y Silvana Calicchia, re

sultó ser un sugerente dúo. La música de María Elena Walsh y Divididos enmarcaron los juegos gestuales y físicos. Sorprendieron los originales movimiento de las bailarinas, que podían con la misma tonicidad caer al piso y rodar o contornear sus caderas como dos geishas posmodernas "Click", también creada por Gómez Luna, resultó una puesta más teatral. Los personajes -una monja, una chica "dark", el presidente, una enfermera y otros arquetipos sociales- denotan una especie de "frenesí social" por medio de una creativa coreografía. Muecas actorales y dedos que se movían al unísono, hicieron que la obra fuera tomando ritmo y terminara con todos "zambulléndose" en el fondo del escenario.

Después y para cerrar el espectáculo, llegó el esperado "Il Corsario" y el debut del bailarín armenio Gaik Kadjberounian Las variaciones del repertorio original realizadas por M. Petipa y redondeadas por Marcio Chinetti ofrecieron una delicada versión de la difícil obra Imposible no destacar la performance de todos los bailarines, desde los alumnos de la escuela hasta los profesionales que integran el elenco estable.

Los saltos y giros de Kadjberounian dejaron boquiabierto al público, que tanto esperaba la presencia y la fuerza del nuevo bailarín La única crítica hacia su primera presentación podría ser su desempeño como partenaire. El temblor de sus brazos en cada levantada preocupó a más de uno, aunque no pasó a mayores Cabe destacar la constante sonrisa, precisión y entereza de su compañera Sabrina Carreño, la más aplaudida de las bailarinas  

Un bailarín en busca de paz

Gaik, el nuevo integrante del Ballet, nació en Armenia y realizó giras por distintos países, interpretando un variado repertorio de obras como "El Cascanueces" y "Las Sílfides", entre otras El bailarín está en Argentina hace ocho años. Durante cinco estuvo en el Ballet de Buenos Aires y, antes de emprender su viaje a la Patagonia, pertenecía al elenco estable del Teatro Argentino de La Plata. Como solista y primer bailarín interpretó numerosas obras. Entre los destacados maestros que confiaron en él se encuentran Zarko Prebil y Vladimir Vassilev, con quienes actúo en las obras "Don Quijote" y "Paganini".

Con esta trayectoria, Gaik decidió hacer un cambio de rumbo. En una nota con este medio confesó que "mi mejor amigo y ahora compañero acá en la fundación, Armen Gregorian, tiene la culpa de que haya venido a probar suerte a Roca. En realidad, vine porque quiero estar más tranquilo".

Gaik tiene un contrato con la Fundación Patagónica hasta el 2005. Un buen tiempo para que los amantes de la danza tengan la oportunidad de disfrutar y conocer sus no pocas cualidades.

Nuria Docampo Feijóo

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