Kadjberounian busca la tranquilidad valletana

El bailarín armenio Gaik Kadjberounian, que fue primer bailarín del Teatro Argentino de La Plata, se integró recientemente al Ballet Río Negro, dependiente del IUPA. Hoy hará su debut con la agrupación en el Auditórium Ciudad de las Artes.

Gaik Kadjberounian preparándose para su debut en Roca.

ROCA(AR).- Todo es simple. Demasiado simple, pero igualmente bello. Como cuando se intenta comprender por qué un 747, a pesar de sí mismo, puede levantar vuelo; o cuando un alpinista, de forma inconsciente para algunos que prefieren la estabilidad de la tierra firme, desafía los límites entre caminar y flotar. Sí, todo esto parece simple a la vista, pero no por ello deja de sorprender. Y sorprende porque la mente distingue entre la hábil simpleza de la capacidad extraordinaria, y la simpleza banal y vacía. Básicamente: una se destaca y otra se hace corriente; una brilla por si misma, la otra se opaca en lo común.

Simplemente bello, apacible, emocionante. ¿Podría ser el baile otra cosa? La magia podría muy bien intentar descifrarlo, y sin vergüenza, claudicar en el intento. Si, demasiado simple y demasiado bello a la vez.

Desde una de las butacas de la sala, uno percibe esto y más. Puro movimiento. En cada salto, posición o giro que realiza, su clase desborda, como si no cupiera en un ensayo. Hoy a las 22, cuando se presente en el Auditorium Ciudad de las Artes de la Fundación Patagonia con el Ballet Río Negro, Gaik Kadjberounian mostrará algo de su experiencia.

Gaik (sería demasiado engorroso referirse a su apellido) es el nuevo integrante del Ballet de Río Negro y de la cúpula de artistas del IUPA. Nació en Armenia, donde participó del Ballet Nacional. Realizó giras por varios países e interpretó un variado repertorio de obras: "Masquerade", "Lisa y Kolin", "Otelo", "El Cascanueces" y "Las Sílfides", entre otras.

Luego que su mejor amigo, también bailarín y ahora compañero en "fundación", decidiera venir a la Argentina hace 10 años, sólo doce meses bastaron para que él decidiera viajar también. "Vine a probar suerte. La culpa la tiene Armen Gregorian", acusa y agradece. Igualmente, recuerda la dificultad de dejar a los suyos: su esposa estaba embarazada de 8 meses, por lo que pudo conocer a su hijo recién un año y medio después La historia del muchacho que con esfuerzo llega a la cima se repite: luego de bailar 5 años en el ballet de Buenos Aires, ingresó al elenco estable del Teatro Argentino de La Plata. Como solista y primer primer bailarín interpretó numerosas obras. Entre los maestros y coreógrafos de relieve internacional que confiaron en él, se destacan Zarko Prebil y Vladimir Vassilev, con quienes actuó en las obras "Don Quijote" y "Paganini".

- Después de estos casi 10 años de trabajo, ¿cómo llegó a Roca?

- Vine porque quiero estar más tranquilo. Estaba muy presionado y cansado, mental y físicamente. Ahora tengo esta posibilidad de hacer algo distinto y vivir de otra manera. Bailé lo que tenía que bailar, hice lo que tenía que hacer. Ahora quiero algo diferente en mi vida.

Amistad, vida familiar, tranquilidad y trabajo; factores que sumaron para que este artista de primer nivel dejara uno de los más importantes elencos del país para viajar al sur; en un momento en el que seguramente podría haber optado por explorar el mundo en busca de una diferencia económica. "Acabo de llegar, no pienso hacer eso. Me encantaría volver a mi país alguna vez, pero no es el momento", aclara.

En septiembre volverá a La Plata a interpretar dos obras que quedaron pendientes. "Es un pedido de mis directores de allá, y tengo que cumplir" explica, dejando al descubierto todo su profesionalismo Inicialmente, tiene un contrato con Fundación Patagonia hasta el 2005 y se presentará oficialmente la noche de hoy cerrando el espectáculo con la suite de "Il Corsaro", una realización de Marcio Chinetti sobre la obra tradicional. "Dios dirá como me van a recibir el público y mis compañeros. Soy nuevo y tiene que pasar el tiempo", reflexiona humildemente.