Martes 12 de agosto de 2003

El peronismo y los sindicatos

Torcuato Di Tella trabajó durante más de 20 años sobre el material que integra su último libro, "Perón y los sindicatos. El inicio de una relación conflictiva", una obra que recrea el mundo del trabajo previo al peronismo.

 

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Torcuato Di Tella trabajó 20 años en este ensayo.

BUENOS AIRES, (Télam).- La relación entre Perón y el movimiento obrero en los años fundacionales del 45 y 46 generó encendidos debates entre los sociólogos. El actual secretario de Cultura de la Nación, Torcuato Di Tella, retoma esta ardorosa discusión desde una perspectiva muy singular, "ahora que el movimiento ha entrado, si no en una declinación final, al menos en una profunda transformación", según aclara en el prólogo de Perón y los sindicatos. El inicio de una relación conflictiva", obra que recrea el mundo del trabajo y sus organizaciones previo al inicio del fenómeno peronista y en la que trabajó durante más de 20 años Editado por el sello Ariel, el libro cubre sobre todo los años 30, y buena parte de los 40 del siglo XX, rastreando la trayectoria de activistas con alto y bajo nivel de exposición y los factores que los llevaron a enfrentarse o a colaborar con el por entonces secretario de Trabajo y Previsión Social, Juan Domingo Perón La investigación, basada en publicaciones de la época y entrevistas con antiguos militantes, incluye una descripción minuciosa de gremios y un enfoque comparativo que ubica al peronismo en su contexto latinoamericano como caso emblemático de movimiento nacional y popular "Hay en el peronismo dos horizontes a observar, aunque en este libro analizo en profundidad sólo uno", aclara Di Tella sobre el final de las 470 páginas que componen el trabajo. "El problema es cómo se dio la conexión entre los dos niveles, y en mi visión no se trató de una alianza entre dos actores sociales autónomos, sino que el sector autónomo obrero fue básicamente reprimido, con una cooptación de una minoría, mientras que en las clases populares se dio un complejo fenómeno de incorporación de masas a la escena política, que fue la verdadera base del peronismo", argumenta el actual secretario de Cultura Di Tella equipara el peronismo a otros fenómenos populistas en el continente, como el varguismo en el Brasil, el cardenismo en México y en menor medida con el aprismo peruano (que no se generó en desde el poder pero que comparte su verticalismo y su culto a la personalidad). "En todos los casos en que esos fenómenos cuajaron se estaban dando grandes cambios y dislocaciones producidas por el crecimiento económico, la urbanización y el incremento de las comunicaciones, con la consiguiente ruptura de lazos tradicionales y 'puesta en disponibilidad'", destacó.

El peronismo, según el autor de "Historia de los partidos politicos en América Latina", se encuentra en un extremo de ese grupo, por las mismas razones que la Argentina lo estaba, como país mucho más desarrollado, educado y urbano que los otros. Esas mismas condiciones hicieron que el movimiento obrero preexistente tuviera más peso organizativo y político, obtenido por sus propios medios, o mediante alianzas con sectores de las clases medias y la intelligentsia "También por eso, su mutación desde un sindicalismo autónomo -independiente del Estado, aunque negociador con él- a otro que sin duda fue muy digitado desde arriba durante las dos primeras presidencias de Perón, exige particular explicación, porque se podría haber esperado en la Argentina, con un nivel de desarrollo comparable al de Chile y Uruguay, una parecida inmunidad al populismo", analiza Di Tella El sociólogo detecta dos factores que diferencian a la Argentina de esos dos países: por un lado está el enorme impacto de la inmigración europea, seis veces mayor en la Argentina que en Chile, y también algo mayor en Uruguay. Por otro lado, hay que considerar la singular intensidad de la situación inestable en que se encontraba la élite anti statu quo en la Argentina, formada por militares, clérigos, intelectuales nacionalistas e industriales necesitados de protección, qu no tenían equivalente en los dos países vecinos "Lo importante es que esa élite exitió en la Argentina, con significativo apoyo social en los sectores del establishment, cosa que no tuvo equivalente en Chile y Uruguay, por las razones que fuera. Y es esa élite la que generó el fenómeno de masas, para lo que necesitó, sin duda, una predisposición de éstas y la existencia de ciertos intereses en común, pero con una peculiar relación de poder entre ambas instancias", analiza Di Tella.

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