Viernes 1 de agosto de 2003

Martín Caparrós pasó del tono jocoso al malhumor

El tono jocoso que Martín Caparrós imprimió a su charla en el hotel Tunquelén transmutó en malhumor a medida que transcurrían preguntas y acotaciones de los asistentes. La mitad del encuentro estuvo destinada a relatar pormenores de la creación de su novela "Amor y anarquía".

 

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Martín Caparrós tuvo una charla de tonos cambiantes en Bariloche.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (Especial)- Cuando todo parecía indicar que la charla brindada por Martín Caparrós giraría sólo en torno de su última novela "Amor y anarquía", comenzaron las preguntas del público que por momentos generaron ríspidos contrapuntos entre el autor y sus interlocutores. Haciendo honor a uno de los temas desarrollados ampliamente durante el encuentro, en medio del intercambio de opiniones una asistente acercó al expositor un libro para que lo firmara. El le propuso que esperara hasta el final, ella respondió que le aburría la charla a lo que Caparrós retrucó: "entonces, tomátelas".

"Soledad se fue en los '90, como muchos jóvenes, en búsqueda de un futuro. Entre 1880 y 1980 "lo central en el país era la idea de futuro, hacer un país me-jor. Hacia 1980 comenzó el derrumbe de esa idea y ya en 1997 a casi nadie se le ocurría, se había perdido esa expectativa. En el 2001 parecía que esa idea volvía como urgencia, como necesidad, y muchos argentinos vieron que la opción dejaba de ser una condición de tiempo, era de espacio. Por eso se fueron tantos. La mayoría con un objetivo individual pero algunos, como Soledad, van a buscar un futuro más colectivo, a encontrar un proyecto social". En su grupo intentan organizarse sin poder como 'ocupas' de edificios abandonados en Italia. Fue apresada junto a su novio acusados de ecoterroristas y ambos se suicidaron".

"Suelo sospechar que en el primer mundo hay lugar para estos movimientos porque allí los márgenes son anchos y habitables. Hay una especie de gran territorio ambiguo donde se acaba el mapa y hay lugar para estar. Acá se acaba el mapa y viene el precipicio. En Francia o Italia, los 'ocupas' son muchachos más o menos activos, con proyectos, con intereses. Aquí son fulanos y fulanas que se han quedado sin lugar donde vivir y hacen lo que pueden para tener un techo, no lo hacen como proyecto, por cierto modo de pensar", consideró.

Países como el nuestro "m hacen pensar cosas que no pensarían en Francia o Italia. Creo que hay pocas aspiraciones más repugnantes que el Estado que es la suma de instrumentos para controlar, ordenar, para reprimir, para hacer que cada cual haga aquello que un pequeño grupo quiere que haga. Sin embargo, en la Argentina actual me veo como obligado a querer que haya más Estado, que se ocupara mucho más de aquellas cosas para las cuales le pagamos: de educar, de curar, de cuidar, de controlar el flujo de capitales".

El "Che" y Fidel 

La primera pregunta que pareció molestar a Caparrós fue la referida a un artículo sobre Ernesto "Che" Guevara. "Te permitiste criticarlo hablando de iluminismo y de una manera de pro- ceder que después muchos miles podrían seguir e ir a la muerte", expresó el interlocutor que deseaba saber si había recibido comentarios al respecto. "Recibí algunos mail en los que el tono era ese, que me permití criticarlo, y entonces no me interesaron. Me permito criticar todo lo que se me da la gana".

"Estoy en desacuerdo con esa postura de que alguien sabe dónde está la verdad y la va a revelar a los demás. En síntesis, la vanguardia en la que se centraron las formas de militancia del siglo XX: el iluminado va a hacer la merced de revelarles cuál es esa verdad. Esto va más allá de que lleve a lamuerte a quienes lo sigan. Es peor que eso, lleva a la tontería.

El guevarismo es esencialmente eso. Llegó al extremo de ir a un lugar donde efectivamente eran tan tontos que nunca llegaron a entender qué fue a hacer este señor a esa selva boliviana. Esa idea vanguardista no funcionó porque fue derrotado y triunfó cruentamente, porque produce regímenes que no son capaces de abandonarse a sí mismos. Cuando ganan dan ori-gen a regímenes autocráticos co-mo en Cuba donde hace 45 años que gobiernaeste señor", evaluó.

Interrumpido en varias ocasiones por las voces de quienes no estaban de acuerdo con sus afirmaciones, Caparrós señaló que "si todos están de acuerdo en que tienen que ser representados por un mismo señor es un fracaso extraordinario. Si en 8 o 10 años no consigue formar organizaciones o estructuras para que esos diez millones de personas se representen a sí mismos, es todo lo contrario de lo que yo querría para mi sociedad".

Aunque haya "bastante buena salud y bastante buena educación, donde la misma persona gobierna 45 años, donde la gran duda política es pensar qué va a pasar cuando se muera esa persona, es un fracaso absoluto de los intentos de crear una forma de gobierno diferente. Después de todo ese esfuerzo se reprodujo en Cuba la diferenciación de clases, por lo menos tan tajante como la que había antes del '59, entre los que tienen y los que no tienen acceso al dólar".

Contrapuntos

Santiago, carpintero de una cooperativa local, quiso saber sobre su viaje a Italia a lo que el autor respondió que "quería conocer la historia (de Soledad Rosas) y contarla. De hecho aprendí por experiencia cosas que imaginaba, formas distintas de organizarse y de referirse al poder que por lo menos en una ciudad chiquita funcionaba".

"También hay acá en la Argentina historias que merecerían ser conocidas", agregó Santiago. Eso "me parece de mal gusto. Me da igual que suceda en Argentina, en Zimbabwe, en Turin o en Groenlandia, es absolutamente reaccionario pensar que algo que pasa en Chubut es más importante que algo que pasa en Vladivostok".

La respuesta dio pie para que otro asistente dejara sentado su total desacuerdo "con lo que acabás de decir. No hay importancias genéricas o abstractas, para nosotros es más importante lo que nos sucede, que es lo que tenemos que arreglar. Por ese camino quedamos al borde de un internacionalismo que ya está bastante perimido pero... (Interrupción de Caparrós) "La IBM y el City Bank no piensan lo mismo". -Eso es la famosa globalización, que es otra cosa, otra forma de colonialismo, replicó el interlocutor.

-El hecho de hablar del poder en la sociedad humana es complicado porque existe hasta entre los primates, pretender que el poder no exista me parece demasiado utópico.

-Me sorprende cómo cierto progresismo argumenta basándose en la barbarie. Pensar que tenemos que ser de determinada manera porque los chimpancés lo son no es muy alentador.

Ante un análisis de su obra "La voluntad" y el planteo de la necesidad de recurrir a alternativas superadoras por parte de otro asistente a la charla que pidió que no se enoje, el escritor respondió: "no, me aburro no más". Entonces otra voz solicitó que no sea "arrogante". (AB)

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