Lunes 21 de julio de 2003

Conmovedor viaje solidario desde EE. UU. a Roca

Esteban vino a colaborar en un comedor escolar.

El joven, de 17 años, limpió y cocinó cada día.

 

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Esteban cocinando. Cumplió 200 horas de trabajo comunitario en el comedor de la escuela 317.

ROCA (AR).- Estaba tranquilo en Estados Unidos y podría haber terminado sus estudios allá pero, sin embargo, eligió el camino más exigente Esteban Joseph Freeman tiene 17 años y está finalizando su bachillerato. Para completarlo, necesitaba cumplir con 200 horas de trabajo comunitario. Podría haber elegido algún centro asistencial de Miami, la ciudad donde vive. Pero no: en algún momento del año pasado, llegó a sus oídos el trabajo de un grupo de gente en un comedor de una ciudad de Argentina. Así, Esteban pensó "allí quiero trabajar", y lo hizo. Durante todo el mes pasado y parte de éste, Esteban sirvió la comida, limpió y disfrutó en el comedor de fin de semana que funciona en la escuela 317 del barrio 250 Viviendas de Roca.

El principio de esta historia se remonta al 26 de septiembre del año pasado. En esa fecha un grupo de padres y el director del colegio decidieron, a partir de una ayuda propuesta por un grupo de empresarios locales, organizarse y abrir un comedor los fines de semana que contemplara las necesidades de los chicos de la escuela El comedor funciona los fines de semana y asisten 150 de los 700 alumnos de la escuela. En él trabajan 17 personas, entre padres y jóvenes voluntarias. En relación a ellas y a Esteban, Gladys González, la coordinadora del comedor, comenta que los más grandes "se sienten orgullosos de encontrar un interés por ayudar en la juventud".

Una de las personas que trabajaba en el comedor, era amiga de la madre de Esteban, que a su vez es argentina y vivió en Roca hasta que emigró hacia Estados Unidos, donde está radicada con su familia. Fue ella quien realizó los contactos con las autoridades de la 317 para que su director, Rovinó Villegas, enviara un proyecto al instituto donde estudia el joven. En el establecimiento norteamericano analizaron el caso, aprobaron la idea y Esteban pudo viajar. Así, el joven terminará su bachillerato habiendo realizado sus 200 horas de trabajo comunitario, en Roca "Espero que este desafío contagie a los demás jóvenes Yo, cuando termine mi bachillerato y mi carrera si puedo, quiero venir a trabajar a Río Negro", comentó Esteban Este chico norteamericano habla casi como cualquier argentino ya que aprendió castellano con su abuela. Además, perfeccionó algunos "términos específicos" compartiendo durante este mes y medio su vida con los chicos y sus compañeros de trabajo "Al principio costó un poco, pero enseguida todo el mundo me empezó a preguntar cosas de mi país o cómo se dice tal cosa en inglés", contó Esteban.

"Quiero llevar esta idea a Miami. Por ahí mucha gente piensa que en Estados Unidos no hay problemas de trabajo o pobreza, pero mucha gente necesita ayuda. Es como en todos lados", explicó el chico de 17 años. "Cuando vuelva voy a hablar con los diarios y con la gente del gobierno para ver si podemos hacer algo parecido allá, porque los fines de semana la gente no tiene que comer", agregó.

Posiblemente Esteban estudie economía o, como dice al final de cada frase, "lo que sea" ( "what ever") con tal de ayudar a la gente Y, cuando le pregunten dónde comenzó todo, él contestará que fue en el comedor escolar de una pequeña ciudad de la Argentina.

 

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