El hotel Correntoso y su historia de esplendor

Fue inaugurado en 1947 en un lugar paradisíaco.

Las refacciones le devolvieron el estilo de la época.

El hotel Correntoso se encuentra en un lugar privilegiado de la cordillera. En sus inicios era algo precario para pasar la noche.

VILLA LA ANGOSTURA (AVLA).- El paisaje, bajo una tenue llovizna, enmudece. Las montañas, en el límite con Chile, cubiertas de nieve, el bosque omnipresente, el Nahuel Huapi en toda su inmensidad y el chorro potente del corto río Correntoso que se mete en el gran lago como dotado de vida propia Justo allí se erige el hotel que supo ser recóndito lugar de reposo de la élite argentina entre las décadas del '40 y el '60. Un cuidado álbum de fotos históricas muestra a los huéspedes actuales, por ejemplo, la de un sonriente presidente Humberto Illia, flanqueado por lugareñas, o a lujosos autos convertibles de los '60 estacionados cerca del edificio que hoy, paso a paso, va recuperando el brillo de su época gloriosa.

Desde que fue adquirido en el año 2000 por Alejandro Lawrence, la inversión para poner en valor al hotel Correntoso es de tres millones de dólares y se traduce hasta el momento en 22 exclusivas habitaciones dobles y suites, un restaurante de maravillosa vista que pueden disfrutar no sólo los alojados en el establecimiento, lo mismo que el bar de vinos –un rincón exquisito- o la confitería para un té inolvidable.

Pero también hay acogedores salones de estar o el lobby, con su imponente hogar y araña de cornamenta de ciervo, que dan la bienvenida al recién llegado Los jardines, la playa y el muelle propio, donde se conserva una histórica casita de madera, son parte de las instalaciones que han recuperado el esplendor de sus orígenes. Asimismo, cerca del edificio del hotel se ve una casa de piedra restaurada, de importantes dimensiones Era la vivienda de los Capraro, fundadores del establecimiento, y que ahora se ofrece para albergar a entre seis u ocho personas "Sin embargo -cuenta Verónica Marquina, la gerenta- hay todo un piso, muy grande, situado bajo el nivel donde está la entrada al hotel que, una vez refaccionado, permitirá ampliar a 40 el número de habitaciones".

Ese sector correspondió, en el pasado, a todo lo que era servicios del hotel: depósito, sala de máquinas, lavadero, etc. y que en el proyecto en marcha se transformará en casi una decena de suites con vista al lago El hotel en su edificio actual fue fundado en 1947 pero en realidad surgió, como todo en este mundo, para cubrir una de las necesidades básicas del ser humano, en este caso la de tener un techo donde pasar la noche A principios del siglo XX, la familia Capraro era propietaria de una maderera, un aserradero y una casa de ramos generales, entre otras empresas. Y el puerto Correntoso daba pie a un activo movimiento que lo conectaba con Bariloche ya que en es época no había caminos practicables.

Apareció así una pensión que funcionaba en una pequeña casita de madera, donde entre 1917 y 1922 se daba pernocte a quienes llegaban al recóndito muelle Más adelante fue reemplazada por otra construcción de madera más grande hasta que Francisco Capraro, hijo de Primo Capraro, comenzó en 1944 a levantar la estructura de mampostería que se inauguró en 1947 A partir de allí, el nombre Correntoso fue ganando en prestigio, avalado no sólo por el bellísimo lugar de su emplazamiento sino también por el trato absolutamente personal y diferenciado que las personalidades y artistas hallaban entre sus acogedoras paredes.

Los turistas llegaban en vapor y en una época hasta hubo un hidroavión que los traía y con el cual se hacían excursiones Al cabo de los '60, el hotel se vendió y pasó por dos propietarios antes de llegar a manos de una congregación religiosa, que fue cuando se vino abajo como servicio Estuvo varios años cerrado y allí el saqueo y el abandono lo dejaron hecho una ruina hasta que lo adquirió Lawrence, un ex banquero de Buenos Aires que se ha prometido devolverlo a la cumbre de su prestigio.