Alerta de ONGs por canje de bonos verdes

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- Organizaciones ambientalistas alertaron sobre proyectos en ciernes en Neuquén, que bajo las consignas del protocolo de Kioto pretenderían multiplicar plantaciones exóticas como pinos, entre otras, con fines económicos y políticos antes que con el interés de fijar dióxido de carbono para evitar el calentamiento global.

Así lo advirtieron Eduardo Castro Cisneros de Fundación Península Raulí, y Horacio Matarasso, de Asociación Aves Patagónicas, quienes además dieron a entender un manejo antojadizo de la información oficial. En ese sentido señalaron que en la última reunión de Villa la An

gostura, que analizó el canje de bonos de dióxido, y a la que asistieron representantes de provincias patagónicas, empresas forestales, organismos internacionales, centros de investigación y profesionales, hubo una "velada limitación" a la participación de las ONGs. A partir del llamado "Procolo de Kioto" se multiplicó el movimiento que procura que las industrias contaminantes limiten su emisión de gases a la atmósfera, y conviertan sus excedentes de producción en plantaciones que fijen dióxido de carbono.

Los "bonos verdes", en consecuencia, son la materialización de ese concepto. Sin embargo, Castro Cisneros y Matarasso subrayaron que en la Argentina, esa opción -que consideraron como un gran avance-, es en cambio distorsionada hacia las plantaciones con fines económicos, que "además de limitar la diversidad biológica terminarán siendo taladas para aprovechamiento forestal". Ambos ambientalistas participan de una red nacional e internacional de estas organizaciones que se oponen a tales prácticas. Puntualizaron que en la provincia existen avances concretos con ese fin, que son impulsados por la administración de Jorge Sobisch.

Dijeron que "el gobierno avanza en convocatorias a forestadores o a empresas enmarcadas en el canje de bonos verdes, mientras no se define un aspecto sustancial de esa problemática, cual es que forestaciones y reforestaciones bajo el protocolo de Kioto no deben ser pensadas como aprovechamientos económicos a futuro".

Concluyeron que no se oponen a la industria forestal, sino a "enmascarar negocios bajo un protocolo ambiental".