Una nueva cepa del virus de la gripe amenaza con una pandemia

El nuevo virus fue detectado en 1997, aunque no logró que el contagio se produjese entre hombres e, incluso, fue confundido con el principio de la neumonía asiática.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) está en alerta para afrontar una nueva cepa del virus de la gripe que podría originar a corto plazo una pandemia. Así lo pusieron de manifiesto dos de los máximos responsables del organismo internacional, su director ejecutivo para Enfermedades Transmisibles, David Heymann, y el director del grupo de Vigilancia y Respuesta a Epidemias, Guenael Rodier.

Para los dos especialistas, que participaban ayer en el curso "Enfermedades infecciosas, un capítulo sin cerrar" que se celebra dentro de los Cursos de Verano de El Escorial, el reto "consistirá en saber que tenemos una vacuna si llega a producirse el virus".

Las enfermedades infecciosas, causantes anualmente de la muerte de 14 millones de personas, no paran. Ahora, tras la neumonía asiática, la OMS se ha concentrado en este nuevo tipo de virus de la gripe, que sería distinto a los tres conocidos. Y lo hace porque ya en 1997 se detectó en China causando la muerte de dos de los cuatro afectados. E incluso este brote se relacionó con el inicio del síndrome respiratorio severo y agudo (SARS) aunque al final se descartó Los científicos consideran que esta nueva cepa puede ser transmitida desde el mundo animal al hombre, pero todavía no se han detectado casos entre personas.

El propio Heymann afirma que ese virus que provocó el fallecimiento de dos personas y que ahora podría provocar una nueva pandemia, "desapareció pronto, pero si hubiera tomado material genético de un virus de la gripe humana a través de la recombinación o reconjugación, se podría haber transmitido fácilmente como los otros virus".

Sistema de alerta

De momento, la OMS ya ha activado sus mecanismos de prevención y planea utilizar la experiencia acumulada en el control de la neumonía asiática para frenar la posible llegada de la nueva cepa de este virus de la gripe tradicional. Heymann prefirió no señalar a este tipo de gripe como la epidemia "más preocupante" entre todo el catálogo de enfermedades infecciosas que afecta al planeta: "La OMS está más preocupada por cualquier enfermedad infecciosa emergente o reemergente.

Es arriesgado y peligroso -señaló el director ejecutivo de Enfermedades Transmisibles de la entidad- manifestar mayor preocupación por una o por otra enfermedad", aunque anunció la próxima creación de un sistema de alerta ante enfermedades infecciosas que pronto pondrá en marcha su organización con carácter mundial bajo la supervisión de Guenael Rodier.

Como en el caso del SARS, la OMS se prepara para producir una vacuna eficaz, que ya está en fase de investigación, aunque anunció que por experiencia al menos harán falta seis meses para crearla con nuevos procedimientos de fabricación ya que el virus original, el de 1997, consiguió matar a los embriones de pollo donde se gestaba y hubo que reconducirlo a laboratorios.

La solución a estos problemas se encuentran, según Heymann, en la producción de nuevas vacunas "utilizando células humanas en tubos de ensayo para cultivar el virus de la gripe y obtenerla inmediatamente". Después llegaría el proceso de producción a gran escala, para atender a las miles de personas que anualmente se contagian en todo el mundo.

Las nuevas formas que toma el virus de la gripe parten del reino animal. En 1950 sólo existía un tipo de gripe humana. A finales de esa década y a principios de la siguiente, se detectaron dos nuevos tipos que pasaron de los animales a los hombres y pudieron transmitirse muy fácilmente, llegando a provocar 4,5 millones de fallecimientos, frente a las 40 millones de víctimas que se cobró entre 1912 y 1918, o el coste cifrado en 32.000 millones de dólares que tuvo la epidemia de gripe hace tan sólo ocho años "Todos estos virus -señala Heymann- han permanecido entre nosotros, pero han logrado mutarse en formas menos virulentas, por lo que ahora existen tres tipos de gripe". Y ahí está el peligro, que pronto la humanidad tenga entre sus agentes infecciosos un cuarto virus para el que, de momento, no hay vacuna pese a los intentos de la comunidad científica.