Lunes 14 de julio de 2003

La UNC se propone hablar de sexo en las escuelas

Darán charlas sobre salud reproductiva.

Están orientadas a alumnos y docentes.

 

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Uno de los objetivos es evitar los embarazos de adolescentes y, con ello, combatir la deserción escolar.

CIPOLLETTI (AC) - Docentes y estudiantes de la escuela de Medicina y de la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Comahue comenzarán el año que viene a dar charlas sobre sexo destinadas a los chicos de los primeros años de las escuelas secundarias de Cipolletti. Para el autor de este proyecto de extensión, el médico Carlos Báncora, será como institucionalizar una tarea que, por su cuenta, viene desarrollando desde 1976.

La experiencia comenzará con los 300 chicos que se anotarán el año que viene para cursar el primer año en la escuela 17 de Cipolletti y continuará, en 2005, con el mismo universo pero del colegio 5. Lo importante es que, mientras se realizan los talleres con los chicos, los profesores de la universidad capacitarán a sus colegas del secundario para que sean ellos los que en el futuro puedan encarar la misma tarea de esclarecimiento con sus alumnos.

En las dos provincias rigen leyes de salud sexual o reproductiva que promueven la formación de estudiantes y docentes El proyecto, independientemente de su valor propio, aparece además como la primera experiencia conjunta entre las dos unidades académicas de la UNC que funcionan en Cipolletti.

La idea es "aportar elementos formativos sobre salud reproductiva a la juventud de la escuelas secundarias de Cipolletti", le explicó Báncora a "Río Negro". Por ahora, el proyecto incluye a las dos mencionadas.

Además, está el objetivo de "capacitar y estimular a los docentes secundarios de las áreas de Biología y Ciencias Sociales para asumir la educación formal en salud reproductiva de sus alumnos", abundó el ginecólogo.

El fin de este proyecto es "provocar un efecto multiplicador permanente en esos establecimientos y al resto de la población estudiantil de Cipolletti mediante la difusión de los informes finales" de la iniciativa, que lleva el nombre de Edurepro.

Es, seguramente, una consecuencia a mayor plazo, pero los que participan de esta idea apuntan a "sumar acciones tendientes a reducir la tasa de enfermedades de transmisión sexual y morbimortalidad maternoinfantil", además de contribuir a la disminución de la incidencia de embarazos adolescentes y de madres solas, lo que suele tener su correlato en la deserción escolar.

Para los docentes y estudiantes universitarios también será beneficiosa la experiencia. Fortalecerá la capacitación "en tareas de campo en contacto con la problemática de su comunidad", explicó Báncora.

A una discusión que dispare el debate le seguirá la división del curso en grupos que trabajarán consignas preestablecidas y serán coordinados por los alumnos universitarios, docentes y responsables del proyecto. Cada grupo presentará sus conclusiones en un plenario para el debate general Serán cuatro encuentros a lo largo del año; cada uno, con su temática: "Conformación y funcionamiento del aparato reproductor humano"; "Las desviaciones y enfermedades sexuales. Realidad regional"; "La procreación responsable. Mecanismos de regulación de la fertilidad. Riesgos y contraindicaciones"; y "El comportamiento sexual humano, sus componentes, conductas y valores".

La experiencia del autor del proyecto

CIPOLLETTI (AC) - Carlos Báncora es médico, trabaja en el sistema sanitario neuquino e integra la cátedra de Ginecología y Obstetricia de la escuela de Medicina de la UNC.

Intentó empezar a hablarles de sexo a los chicos de las escuelas cipoleñas en 1976 pero no le fue muy bien porque los padres de ese colegio abortaron la charla justo cuando estaba por iniciarse. De todos modos, eso no le amedrentó y siguió intentándolo. Y con éxito: llegó a dar una charla sobre sexualidad en un jardín de infantes.

En 1976 Báncora tenía todo listo para reunir a los alumnos del colegio secundario más antiguo de Cipolletti, el Manuel Belgrano, y darles los conocimientos sobre sexualidad que los chicos de esa edad deben tener.

"Los padres no me dejaron entrar", recuerda ahora, 27 años después. El argumento fue que no querían que sus hijos hablaran de sexo en la escuela.

Desde ese momento hasta ahora la sociedad dio un gran paso en la formación en materia de sexualidad.

Pero a juzgar por lo que le contó a "Río Negro", la experiencia más difícil no fue frente a los inquietos estudiantes de un secundario sino en una sala de un jardín de infantes de Fernández Oro, donde los chiquitos hicieron preguntas incómodas para el común de las personas del estilo "cómo salen los bebés de la panza de la mamá".

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