Lunes 14 de julio de 2003

Aguas abajo de las presas, los ríos llegaron al tope

Desde ayer a la mañana comenzó una erogación mayor de agua en las presas del Comahue. La capacidad de los ríos, aguas abajo, está al límite y hay alerta en las zonas ribereñas.

 

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La necesidad de generar más energía obligó a las presas a liberar más agua y crecieron los caudales del Limay, Neuquén y Negro.

CIPOLLETTI (AC).- Por las turbinas de las últimas dos presas de los ríos Limay y Neuquén ya sale la mayor cantidad de agua autorizada para esta época del año La necesidad del sistema eléctrico nacional de disponer de la energía que se genera en el Comahue hizo que el Negro corriera desde el mediodía de ayer con 1.615 metros cúbicos.

Aunque este aumento de caudales genere algunos inconvenientes en zonas ribereñas, en la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas -reguladora de los caudales en la zona- están hasta entusiasmados con esta orden que la autoridad energética nacional les dio a las hidroeléctricas de la región (generar más para suplir la falta de gas en el parque térmico del país) porque ayudará a que los embalses de las presas lleguen a la época de los deshielos con menos cantidad de agua.

A las 11 de ayer de Arroyito -última presa del Limay- se liberaban hasta 1.020 metros cúbicos por segundo del agua que termina llegando al océano por el cauce del río Negro.

El otro afluente del Negro, el río Neuquén, llegaba a la confluencia con el Limay con unos 595 metros cúbicos por segundo de caudal.

La suma de caudales dio los 1.615 metros cúbicos por segundo para el río Negro, apenas por debajo del tope máximo de 1.620.

Centrales térmicas 

El frío y las restricciones en el transporte de gas en las redes troncales del país hicieron que las centrales térmicas no pudieran aportar al sistema federal el mismo volumen de electricidad.

Fue por ello que la Secretaría de Energía de la Nación y la autoridad de despacho, Cammesa, ordenaron que las centrales del Comahue (Alicurá, Piedra de Aguila, Pichi Picún Leufú, El Chocón y Cerros Colorados) entraran en el mayor volumen de generación posible, siempre respetando las restricciones de caudales.

No es este un caso de crecidas por fenómenos meteorológicos, como el que sacudió a la región en el invierno de 2001, cuando los embalses llegaron a su franja de emergencia y por el río Negro corrieron más de 2.000 metros cúbicos por segundo de agua.

La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas tiene identificados dos períodos de aportes extraordinarios a los ríos regulados de la región: uno se inicia en abril (época de lluvias) y el otro se desarrolla en la primavera, cuando la nieve acumulada en la cordillera empieza a derretirse.

Si el organismo regulador llegara a setiembre, octubre y noviembre con los embalses aligerados, podrá enfrentar el manejo de los caudales con mayor soltura a la hora de los deshielos.

En realidad, el río Neuquén -en cuyas orillas se dan los mayores inconvenientes - podría tener un caudal menor, pero como Cammesa ordena la entrada en generación de cada central de acuerdo con sus precios, en Planicie Banderita las turbinas funcionan a full porque su costo es menor que el de las hidrogeneradoras ubicadas sobre el río Limay.

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