MAS INFORMACION

En Picún, la vida cotidiana de los vecinos está pendiente de "Polito" Avalos

Lucía y Araceli saben que no deben quedarse quietas

PICUN LEUFU (Enviado especial).- "Me puse en lugar de la familia, nada más que eso". Araceli Pessolani tiene 14 años y junto a Lucía Calderón, de 16, se pusieron al frente de las marchas que se realizan en el pueblo. Es la primera vez que se da un fenómeno así en Picún Leufú que sólo rompió la tranquilidad en septiembre de 2001 cuando la desocupación y muchos olvidos hicieron que los desocupados cortaran la ruta. "Fue compañero de mi hermana Mariela, se recibieron juntos el año pasado. No puedo decir que soy amigo de Polito, sí que tengo una muy linda imagen de él, se mataba de risa, me acuerdo particularmente del asado que hicieron a fin del año pasado en mi casa", dice Araceli, con solvencia. A su lado está Lucía, con quien se hicieron inseparables.

"Tenemos que movilizarnos, tenemos que hacer algo, yo no tenía idea de cómo se hace esto pero me puse y mi familia me está bancando. No nos podemos quedar quietos: Polito no pudo esfumarse", sostiene Lucía mientras sostiene una agenda que nunca imaginó iba completar tan rápido: registra nombres y números de todas las personas que tienen que ver con el caso. Araceli la carga por la agenda, destacan que no están solas y mencionan a otros dos chicos, Oscar Osés y Heber Carrasco. "Hay dos 'grandes' que son de la nocturna, Carlos Pacher y Enrique Zaffalón, ellos son como nuestros guías junto con todos los profesores", completan las muchachas que, en medio del diálogo, recuerdan que deben retirar los volantes que serán la esencia de las próximas actividades. Los vecinos colaboran y parte de la movida la financian los docentes.

"No vamos a parar hasta que aparezca", afirma Heber quien llegó tarde para las fotos. Los chicos se desdoblan en tareas y admiten que en el último mes dejaron un poco de lado sus estudios. Y por lo bajo reconocen que hay cierta complicidad de sus padres y algo de paciencia por parte de los docentes. Como todos sospechan del poder en todas sus versiones y lanzan hipótesis y juramentos. Hacen conjeturas y se indignan. Lucía recuerda que el año pasado estuvo con Polito. Había un grupo grandes de chicos jugando al fútbol. "Era un partido medio en broma, se mataba de risa, se reía tanto que te contagiaba", recuerda la chica que está convencida que lo peor que les puede pasar es quedarse quietos.

MAS INFORMACION

En Picún, la vida cotidiana de los vecinos está pendiente de "Polito" Avalos