"Somos los peores con la infancia argentina"

VIEDMA (AV)- "La Argentina tiene la peor legislación en infancia. Somos el país más atrasado de América Latina en materia de institucionalidad para los menores y nos hemos convertido en la Nación más represora con la existencia de 10 condenas a perpetua para menores de edad".

Así de taxativo y claro fue Emilio García Méndez, durante años asesor de Unicef, hoy profesor de Criminología en la Universidad de Buenos Aires y presidente de la comisión de Infancia del Colegio Público de abogados de la Capital Federal.

Consultado sobre la situación de los menores de edad y jóvenes distinguió entre lo que es la condición material y jurídica. En las primeras incluyó problemas de nutrición, salud y educación, manifestando expectativas y confianza "por lo que está ocurriendo en el plano nacional, sobre todo en materia de educación y uno dice aquí pueden pasar -con voluntad política- cosas interesantes".

Respecto de la condición jurídica opinó que las tareas pendientes en el plano nacional son enormes "porque considero que tenemos la peor institucionalidad en materia de infancia, la peor legislación, somos el país más atrasado de América Latina en institucionalidad infantil y nos hemos convertido en el país más represor con la existencia de 10 condenas a prisión perpetua para menores de edad. Esto no tiene antecedente en ningún país latinoamericano. Esto es gravísimo y preocupante. Al mismo tiempo este es un momento importante para un gobierno -al que no hay motivo para no creerle que se propone la refundación moral e institucional de este país- con un ejemplo extraordinario que es el Consejo del Menor y la Familia que es una vergüenza, un cadaver insepulto, una ONG de la Capital Federal. Tenemos un Consejo de los Niños y Adolescentes de la ciudad de Buenos Aires que no tiene justicia ni instituciones y desde hace 13 años uno nacional que dedica el 90% de sus recursos a la ciudad de Buenos Aires".

En este sentido interpretó necesaria la creación de un Consejo Federal que "haga trasparente la formulación de las políticas nacionales para la infancia, en el que todas las provincias estén representadas, cuya presidencia sea rotativa y trasparente el uso de los fondos. Esta es una tarea urgente e impostergable".

Cárcel para los más chico  

Consultado sobre las propuestas y pedidos de la comunidad de que se modifiquen leyes para disminuir la edad de la punibilidad, García Méndez sostuvo que "la sociedad y las instituciones tienen una visión esquizofrénica de este problema entre aquellos que pretenden resolver todos las crisis sociales a golpe de Código Penal que es una visión de retribución y muy hipócrita. Muchas veces demagógica porque estos problemas aparecen planteados, sobre todo, por aquellos políticos inescrupulosos que conciben a la política como espectáculo y que en el mercado electoral le cambian a la gente la sensación de seguridad por votos y que pasada la elección ellos se quedan con los votos y la gente con la sensación de inseguridad que no es lo mismo que tener seguridad. Muchas veces estos gritos de alarma social la única función que cumplen es la idea de crear la sensación que algo está siendo hecho cuando nada se está haciendo".

Ahora al lado de esta posición que llamo retribucionista hipócrita está la del paternalismo ingenuo que cree que la pobreza puede disculpar incluso las conductas de naturaleza violenta cometidas por los jóvenes, que no es necesario dar ninguna respuesta, que la pobreza explica todo. Pienso que esto se sintetiza en un debate tan demagógico como estéril si tenemos que tener una mano dura o blanda. No necesitamos ni una ni otra".

Desolador cuadro planteó experto en Viedma.

Advierten sobre

las tendencias represoras.

El chico, siempre junto a su familia

VIEDMA (AV).- Para la socióloga Adriana Gugliotta, responsable del área de derechos de Unicef en la Argentina para solucionar el problema de los niños y jóvenes en el país se debe trabajar con la familia.

- ¿Se ha incrementado la participación de jóvenes en el delito?

- No existen cifras oficiales sobre delitos perpetrados por adolescentes. No me atrevo a decir que aumentó o disminuyó porque el Estado no tiene datos. Lo que hay es sensación térmica. No sabemos cuál es la temperatura. Algunos creen y otros dejan de creer y estos son comentarios que se hacen en los medios. No hay cifras oficiales. Existen sobre otros temas que acontecen con los adolescentes y los niños pero sobre delitos no hay. No se si hay más. Es una necesidad urgente que Nación y las provincias tengan un sistema de información real y a partir de ahí se podría pensar en políticas. Primero tenemos que saber cuántos son y qué hacen y después saber cómo resolvemos el problema. Ahí se podrían plantear y debatir las políticas pero no creo por prudencia opinar porque no tengo información dura.

- Son varios los adolescentes privados de la libertad pero ¿la mayoría está privados de oportunidades?

- Independientemente de lo que pueda ser el delito, en general, está difícil la situación porque hay adolescentes que han terminado su escolaridad o están en edad de poder ayudar a sus familias con algún trabajo digno que no interfiera en sus estudios y no lo pueden hacer porque no hay empleo. Esto creo que es un problema de nuestro país producto de toda la crisis -¿Los chicos están cada vez más desprotegidos en esta sociedad?

-Creo que están pasando por una situación difícil pero también creo que se debe enfocar el problema en las familias donde no hay ingresos ni acceso a los servicios básicos de salud, educación, a una adecuada nutrición. Es un problema complejo pero el centro del análisis tiene que ser la familia. Si tomamos a un niño aislado de lo que es su contexto familiar podemos equivocarnos porque si los padres tienen empleo y si hay servicios básicos seguramente que la situación del chico cambiará pero si lo tomamos solo haremos un mal diagnóstico. Hay que tomar como unidad de análisis a la familia y me parece que esa es la solución. Los que pasamos hace mucho la adolescencia podemos recordar que hubo otra forma de vida donde los policías eran parte del vecindario, eran respetados, los chicos iban a la escuela, los padres a trabajar, las plazas eran lugares donde los niños jugaban, disfrutaban y hacían vida de niños. Esto es una cuestión de decisiones políticas.

¿Bajar la imputabilidad a los 14?

García Méndez consideró como adecuado que "en vez de bajar la edad de la imputabilidad a los 14 tenemos que subir la edad de la responsabilidad hasta los 18 y establecer un sistema de responsabilidad penal juvenil. Hay que colocar este problema en su justa dimensión. Tener información cuantitativa confiable que hoy no poseemos. El Consejo Nacional ni siquiera tiene la información de cuántos menores de edad hay privados de la libertad en la ciudad de Buenos Aires. Entonces ¿qué política se puede pensar con seriedad cuando falta esa información elemental?. Hay que producirla para colocar el problema en su justa dimensión y disminuir los niveles de alarma social, evitando que estos políticos inescrupulosos jueguen con las aspiraciones legítimas de la gente que es tener seguridad" "La solución es una política seria: por un lado, de prevención del delito y, por el otro, de establecer un régimen de responsabilidad penal de los 14 a los 18 años que fije medidas diferenciadas. No se puede dar la misma sanción por un hurto simple y un homicidio. Como los delitos cometidos por los menores de edad no son ni tonterías ni tampoco gravísimos sino que el grueso son de destrucción del patrimonio público y hurtos, hay que tener una medida adecuada y que se utiliza con éxito en otros países como es la prestación de servicios a la comunidad. En Alemania, cuando un adolescente rompe un teléfono público no se le pasa la mano por la cabeza diciendo que está muy bien, que lo hizo frustrado porque es pobre o hijo de padres divorciados. Pero tampoco se lo priva de la libertad sino que se lo pone frente a su responsabilidad".

Emilio García Méndez (der.) y Adriana Gugliotta (izq.) hablaron con solidez intelectual del trato que el Estado brinda a la niñez en el país.