Por necesidad de generación, los ríos llegarán al tope

Las hidroeléctricas deben producir para suplir la falta de gas.

Aguas abajo, los caudales serán los máximos permitidos.

Para suplir el déficit de gas en las centrales térmicas, las hidroeléc-tricas debe producir más.

CIPOLLETTI (AC) - Para evitar un desabastecimiento de luz, las centrales hidroeléctricas de la región pondrán todas sus turbinas a producir electricidad. Como lo que mueve estos gigantes de la ingeniería es el agua, por los ríos Limay, Neuquén y Negro correrán a partir del lunes los máximos caudales permitidos para esta época.

Aunque los valores que la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas permitió erogar a las hidroeléctricas está dentro de las normas de manejo del agua, la crecida aguas abajo de las presas se sentirá en zonas ribereñas.

Por caso, en Vista Alegre -la localidad neuquina ubicada pocos kilómetros aguas abajo de la presa El Chañar-, donde suelen abundar las quejas, ya se soportan caudales de poco menos de 600 metros cúbicos por segundo, que es máximo que se registrará en ese tramo durante la semana que viene.

Las centrales hidroeléctricas de la región producen electricidad de acuerdo con lo que disponen dos organismos: la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa) es la que ordena qué generador entra en producción a cada hora del día y la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) es la que controla el manejo del agua que las turbinas (o los vertederos) dejan pasar, de acuerdo con normas nacionales en la materia.

Ese juego de necesidades es el que termina produciendo crecidas y bajantes en los tramos finales de los ríos Limay y Neuquén, y en el Negro.

Para mantener constante la tensión en la red eléctrica nacional, la autoridad energética dispuso que la semana entrante es necesario que las centrales del Comahue (Alicurá, Piedra del Aguila, Pichi Picún Leufú, El Chocón y Cerros Colorados) cubran la déficit que, por falta de disponibilidad de gas, tendrán las generadoras que funcionan a gas.

No es la primera vez en el año que algo así ocurre, pero la tendencia aumenta cada vez que un frente frío avanza sobre el país (el uso de gas domiciliario aumenta y reduce el cupo para alimentar centrales térmicas).

Para esta época del año, los ríos Limay y Neuquén pueden tener caudales más altos, pero siempre cuidando que la suma de ambos cursos, que es el Negro, no pase de los 1.620 metros cúbicos por segundo, que es -precisamente- el caudal máximo previsto para la semana entrante.

Las centrales pueden disponer de agua en los embalse porque junio fue un mes con precipitaciones superiores a la media: en el río Limay hubo un 206% más que en el promedio histórico para esta época del año, en el Collón Cura un 248% y en el Neuquén un 145%.

Independientemente del agua acumulada en los embalses de las presas, en los lagos de la cordillera -a excepción del Nahuel Huapi- los niveles son muy superiores a la media.

La autorización para abrir los conductos de las turbinas ayudará a bajar los niveles de los embalses, que estaban operando en la denominada "franja de atenuación de crecidas" y que con las erogaciones de esta semana y las que vendrán desde el lunes se consolidan en un estado considerado normal.