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"El tema es muy complejo"

Admiten trabas "culturales" para la ley de ligadura

Las autoridades sanitarias dicen que en los hospitales no se trabaja como corresponde.

Las autoridades sanitarias argumentan que los médicos hacen "objeción de conciencia".

VIEDMA (AV)- Los métodos quirúrgicos de infertilidad, promovidos legalmente por el Estado rionegrino, no encontraron el suficiente eco en los equipos hospitalarios a juzgar por la opinión de las autoridades sanitarias y expertos en la cuestión.

Tanto, el secretario de Salud, Alejandro Marenco, como la diputada nacional aliancista Marta Milesi, coincidieron en que el nuevo sistema de Salud Reproductiva, aplicado desde hace más de dos años, está sufriendo algunas trabas de tipo "cultural".

La cuestión radicaría en que existen dudas profesionales en la total eficacia de practicar una ligadura de trompas de Falopio en las mujeres o bien vasectomías en los hombres -incluyendo cierto temor de incurrir en una mala praxis-, y por otro lado la objeción de conciencia de los profesionales en realizar esas prácticas al menos en el ámbito hospitalario.

Según Marenco "no se está trabajando como corresponde porque la idea que hay de los médicos es de tratar de modificar la resolución del consentimiento informado y de aclarar en definitiva de que el método no es reversible en forma absoluta". El caso má patente surgió poco tiempo atrás cuando una mujer de Sierra Grande -con ocho hijos- quedó embarazada pese a haber dado el consentimiento para operarse, amparándose en la Ley N 3.450 que crea el Programa d Salud Reproductiva y Sexualidad Humana. Por ello, los médicos tendrán que repetir la intervención.

La más alta autoridad sanitaria dijo a "Río Negro" que "no se terminan de concientizar el empleado hospitalario, el ginecólogo o el médico cirujano" tras lo cual consideró a su juicio que falta una modificación a la norma para brindar "una mayor información a la duda sobre la reversibilidad del método" porque "no es perfecta, la gente se queja, y en consecuencia debería quedar establecido" de que no es infalible. Un método de compensación que está descartado oficialmente es la "recanalización" (volver a la fertibilidad) porque tiene un alto costo, superior a los 10.000 dólares para el Estado.

Marenco señaló que existe un "considerable número" de profesionales que hacen objeción de conciencia.

Milesi, quien impulso una norma similar a nivel nacional, dio a entender que "se ponen trabas culturales y presupuestarias" casi llamativamente más en el sector público que en el privado, por lo tanto la solución pasaría por analizar la posibilidad de establecer un seguro a fin de evitar que haya sanciones por mala praxis. No obstante, aclaró que el seguro "debería cubrir todo, como las operaciones de apendicitis" porque pareciera que sólo hay objeciones para el tema de la sexualidad.

Por su parte, Gabriela Perotti, responsable del Departamento de Salud Reproductiva de la mencionada secretaría sostuvo que "la gente tiene derecho a estar informada sobre la sexualidad" y "muchos creen que es

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