Ingenieros piden definición por polémico edificio

A pesar de las promesas de los dos últimos jefes comunales de Neuquén -Luis Jalil y Horacio Quiroga-, las reformas que deben realizarse en el edificio Torres del Solar para que su construcción sea antisísmica hasta ahora no se han iniciado. Los ingenieros reclaman que se cumpla con la orden judicial.

El Torres del Solar no cumple con los requisitos antisísmicos, dicen ingenieros.

NEUQUEN (AN)- El Centro de Ingenieros de Neuquén advirtió que a cinco años de la primera denuncia por el edificio Torres del Solar I y comprobadas todas las irregularidades y carencias estructurales de la obra no se cumplió con los refuerzos, nunca se hizo la evacuación e incluso en la planta baja funcionan locales comerciales.

Los profesionales se quejaron por las promesas incumplidas del intendente Horacio Quiroga y reclamaron que se cumpla con la orden judicial que exigía los refuerzos de las estructuras que no cumplen las normas antisísmicas "Como ciudadanos tenemos el deber de elegir a nuestras autoridades y exigirles el cumplimiento de las normas y leyes que rigen su accionar para bien de la comunidad y, profesionales, intervenir en las decisiones técnicas que se asuman en el desarrollo de las políticas a implementar", afirmaron los representantes del cuerpo que agrupa a los ingenieros de Neuquén.

El Torres del Solar I tiene 66 departamentos y una decena de locales, casi todos desocupados. Hace dos años, un grupo inversor ofertó cinco millones para quedarse con el edificio y hacerse cargo de las refacciones, que aún esperan concreción. Según los especialistas, el edificio no resistiría un sismo de mediana intensidad.

Los ingenieros Luis Taiana y Mario Bayarsky -presidente y secretario de la entidad- afirmaron que la función de los profesionales es clarificar los hechos a la ciudadanía y exigir "a los funcionarios electos la aplicación de las normas no eludiendo el poder de policía realizando las inspecciones necesarias y suficientes para garantizar a la población la seguridad que las obras públicas y privadas requieren".

El edificio ubicado en la esquina de Alberdi y Buenos Aires fue construido por la empresa Inecos, que en el medio de la obra pasó a llamarse Deveco. La financiación la hizo el Banco Hipotecario y la comercialización la inmobiliaria Fabal.

La obra fue denunciada por el Centro de Ingenieros en virtud de que la estructura no respondía a las normas antisísmicas, de acuerdo al reglamento nacional que establece el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres). Cuando la obra alcanzaba ya al octavo piso (tiene once) el Centro de Ingenieros presentó una denuncia a la municipalidad neuquina, cuando el intendente era Luis Jalil. Con la autorización provisoria la obra siguió ejecutándose sin que se tomaran cartas en el asunto.

"Jalil nos recibió muy bien, se interesó en el tema pero no hizo nada", recordó Bayarsky.

"Luego de varios meses se conformó una comisión integrada por representantes del Consejo Profesional, del Colegio Arquitectos, del Centro de Ingenieros e integrantes de la municipalidad para analizar la documentación de la que resultó que la estructura no cumplía con las normas antisísmicas", sostuvo Taiana en un resumen del derrotero del polémico edificio.

El centro de Ingenieros recordó que el informe fue ratificado por los máximos especialistas del Inpres.

"A pesar de que los informes citados indicaban que la irregularidad en el cumplimiento de las normas era evidente, el edificio siguió su construcción y su finalización con la habilitación de los locales comerciales y departamentos", sostuvieron.

Advirtieron que por disposición judicial se ordenó el desalojo del edificio y que la municipalidad reaccionó con un recurso que fue rechazado por el magistrado que intimó a la comuna para que lo cumpla.

En ese contexto, recordaron que en setiembre de 2000 fueron recibidos por el intendente Horacio Quiroga quien les dijo que en noviembre iban a comenzar los trabajos de refuerzo de las estructura.

"A casi una año y medio de esa reunión las cosas siguen igual", se quejó el ingeniero Taiana.