Cuencas reclama para sí la red hídrica nacional

CIPOLLETTI (AC).- El gobierno nacional mantiene en Río Negro y Neuquén 80 estaciones hidrometeorológicas montadas en tiempos de la ex empresa pública Agua y Energía. Buena parte de estos puestos de medición -por cuyo mantenimiento paga el Estado federal- se superponen con la red de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas, que viene reclamando desde hace años que le sean transferidas para evitar el doble gasto.

En 1993, cuando el plan de privatizaciones del gobierno de Carlos Menem se consolidó, el Estado se desprendió no sólo de Agua y Energía sino también de las presas construidas por Hidronor en la cuenca del río Negro (sobre el Limay y el Neuquén).

El gobierno organizó a muchos de los profesionales que trabajaban en Agua y Energía para crear una empresa privada, llamada Evarsa, y otorgarle la concesión directa de la red nacional de estaciones. Se trata de 366 puestos de medición en todo el país, que registran datos hidrométricos, pluviométricos, nivológicos y meteorológicos.

De ese total, 80 estaciones (el 22%) están ubicadas en los territorios de Río Negro y Neuquén.

Cuando se privatizaron las presas y sus centrales hidráulicas, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas tomó a su cargo buena parte del trabajo que hacía Hidronor y de su patrimonio, como, precisamente, las estaciones que miden caudales y temperaturas.

La AIC modernizó esas estaciones, al punto que de manera satelital puede todos los días, desde su edificio ubicado en el centro de Cipolletti, saber casi en tiempo real qué está pasando en toda la cuenca respecto de caudales de ríos, nieve acumulada en la alta cordillera, temperatura y demás datos que son imprescindibles para manejar el sistema hídrico con eficiencia. La red nacional de la ex Agua y Energía, en cambio, quedó

atrasada en estos avances tecnológicos.

De las 80 estaciones de la red nacional que están en las provincias del Comahue, 24 se superponen con las estaciones de la Autoridad de Cuencas, que son 173 en total.

De esta manera, el Estado (la Nación forma parte de la AIC, igual que Neuquén, Río Negro y Buenos Aires) paga dos veces por lo mismo: el mantenimiento de dos estaciones en un mismo sitio.

En vano, el organismo regional intentó que el gobierno nacional le transfiriera esas 24 estaciones.

Hace diez años que Evarsa -una empresa de prestigio reconocido- se encarga del mantenimiento de la red nacional y hasta hace algunos años había conseguido el mismo contrato, pero para las estaciones de la AIC, que sí licita la concesión.

No se sabe de cuánto es el contrato que une a la Nación con Evarsa; fuentes del mundo de la hidrología regional aseguran que el pago mensual para atender las 366 estaciones es de 450.000 pesos (unos 1.229 por cada una y cada 30 días). Sí hay certezas de que Cuencas le paga a su contratista (actualmente es una firma de Cipolletti llamada SM) unos 40.000 pesos por mes (unos 200 pesos por cada estación).

En Río Negro y Neuquén hay 80 estaciones del Estado central.

Su mantenimiento, como el de las 173 de la AIC, está concesionado.

Paso de los Indios: un puesto de medición histórico

CIPOLLETTI (AC) - En 1945 no existían presas sobre el río Neuquén; el dique Ballester podía apenas desviar el agua hacia lo que es hoy el lago Pellegrini. El 31 de mayo de ese año se produjo la mayor crecida del siglo, con un caudal de 5.340 metros cúbicos por segundo. Hay certezas de que así fue porque quedó registrado en una estación de aforos que es histórica, Paso de los Indios, que nunca pudo ser manejada por la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas porque está en manos del Estado nacional.

Paso de los Indios está aguas arriba de lo que hoy es la presa Portezuelo Grande. La AIC mide desde siempre el caudal del río Neuquén en otra estación, cercana a la de la red nacional, que se llama La Higuera.

Paso de los Indios viene midiendo el caudal del río desde principios del siglo pasado (hay registros de crecidas de 1914).

La de 1945 fue, según las recopilaciones que hizo la AIC, la crecida del río Neuquén más grande desde que hay registros.

En 1899 hubo una de mayor envergadura (Roca quedó bajo el agua), pero hay sólo estimaciones de aquel fenómeno.

Mantener una central de alta montaña, de esas que miden hasta las precipitaciones de nieve con una tecnología simple y a la vez asombrosa, cuesta muy caro. De hecho, se llega hasta esos sitios en helicóptero, con un costo de 1.000 dólares la hora de vuelo.

En la zona hay 24 estructuras de ambos organismos superpuestas.

Las estaciones nacionales y las de la AIC miden caudales de los ríos, pero también aspectos meteorológicos.