Viernes 18 de julio de 2003

Política adaptada a la apatía de la gente

La dirigencia rionegrina admite que se atenuó el cuestionamiento a la política, pero lejos de dar hurras, toma precauciones. Un caso: en lo que resta de la campaña habrá muy pocos actos masivos. Pero los partidos esperan para la elección general del 31 agosto una importante expresión

 

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La gente: distante de la política, pero no tanto de las urnas...

 

Adaptados a la apatía -o desencanto, según como se mire- de la gente para con la política.

Pero convencidos de que finalmente, a la hora de las urnas, la gente le dirá "sí" al voto positivo, o sea el canalizado a un candidato en concreto.

Con estos convencimientos a cuestas, desarrolla la campaña electoral el grueso de las más decisiva dirigencia política rionegrina.

Y un diagnóstico es común a todos ellos a la hora de analizar el teatro en que se mueven: se atemperó significativamente el directo y furibundo cuestionamiento a la política que hegemonizó la escena pública en los dos años últimos.

- No se trata de la desaparición terminante del desencanto que se ganó la política, sino simplemente de la existencia de una nueva opción de gobierno a nivel nacional que llevó a un presidente que genera expectativas, desgrana distensión en la relación política-sociedad- opina el candidato a vicegobernador por el radicalismo, Mario De Rege.

- Ante la política, la gente no está dispuesta a otorgar un cheque en blanco, pero percibe la posibilidad de que, como resultado de la funesta experiencia de la que viene, el funcionamiento del sistema político se torne más digno- sostiene el candidato a intendente de Cipolletti por el Frente Grande, Alberto Weretilneck.

- La gente no estuvo nunca contra la política, lo que quería era que el dirigente hiciese de la política un accionar que contemple los intereses de la gente... Como no creo tampoco que la gente esté en contra del capitalismo...lo que quiere es estar dentro del capitalismo... quiere crédito, quiere progresar- afirma el peronista Rodolfo Ponce de León.

Pero la mudanza de ambiente que vive la política no desencadenará entusiasmos exultantes entre la dirigencia política rionegrina.

- Sólo el tiempo dirá si esto es nada más que un "veranito" en el vínculo sociedad-política- reflexiona el radical Juan Correa, jefe del equipo técnico que elabora la propuesta de gobierno del radicalismo.

- De nosotros, los políticos, depende- sentencia Julio Salto, líder del Movimiento Popular Patagónico, una de las vigas con mayor poder electoral en el marco del Movimiento de Acción Rionegrina (MARA).

Y en Río Negro la dirigencia se mueve con tanta precaución a la hora de buscar votos, que descarta métodos y acciones que en el pasado fueron parte sustancial en la tarea de seducir.

El ejemplo más nítido de esta cautela se define -por caso- en la carencia de decisiones destinadas a realizar actos proselitistas masivos.

Sólo el peronismo y el radicalismo dibujan alternativas de esa naturaleza. Pero admiten que, de concretarlos, será sobre fines de la campaña.

En la dirigencia existe además la convicción que ese tipo de encuentros está carente de posibilidades de ser visto como expresión de sincera adhesión.

- De motus propio, no es mucha la gente que concurriría. Y si a esto le sumamos que el grueso de la que asistiría viene vía el clientelismo, como resultado tenemos que es más de lo mismo o sea más de lo que viene desacreditando a la dirigencia y la política- confesaba ayer un radical con experiencia en el manejo del tema.

Un sinceramiento forjado a fuerza de la dura experiencia que presiona sobre la conducta de los dirigentes.

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