Amenazan con profundizar el paro de colectiveros

El sindicato de CTA advirtió que "la ciudad va a ser un caos". En Indalo dijeron que "no elegirán los trabajadores por nosotros". La CGT deliberaba anoche qué estrategia adoptar ante el conflicto.

Pese a que se levantó la carpa frente a la planta de Indalo, durante la jornada de ayer no se logró negociar un acuerdo definitivo.

NEUQUEN (AN).- "La ciudad va a ser un caos" advertía anoche el secretario general del sindicato de trabajadores de transporte público y privado, Eduardo Rodríguez, al fracasar la negociación con la empresa de colectivos Indalo.

Rodríguez amenazó con profundizar en esta jornada el paro que ayer tuvo un paréntesis para favorecer una solución al conflicto y que 24 horas antes apenas notaron los clientes del servicio.

Ese paréntesis había dejado sin efecto medidas sorpresivas en el centro y en la zona de la terminal de ómnibus de media y larga distancia, en los horarios de mayor concurrencia de vehículos y de demanda de transporte.

La decisión de proseguir la huelga fue adoptada por una asamblea de choferes que responde a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la que hace una semana oficializó su avanzada en el sector históricamente dirigido por la Unión Tranviaria Automotor (UTA), de la Confederación General de Trabajo (CGT). Un vocero de esta central advirtió que CTA no tiene personería para negociar ni para convocar una medida de fuerza.

El choque entre los dos gremios parece inminente. La mesa neuquina de la CGT delineaba también anoche la estrategia del combate. Un dirigente cegetista dijo horas antes: "esto se arregla con la razón o por la fuerza".

El nuevo sindicato tiene el apoyo de los gremios de CTA: docente (ATEN provincia), judicial (Sejun) y estatal (ATE).

Rodríguez, del nuevo sindicato, responsabilizó a Indalo y repitió que "si no se soluciona el reingreso del chofer a la empresa esta noche, la ciudad va a ser un caos". "Indalo exige que los delegados concurran acompañados por dirigentes de UTA y se niegan a hacerlo, porque no se sienten ni están representados".

Al mediodía la carpa fue levantada para facilitar la reunión con Indalo, que parecía ser la llave de la paz, pero fracasó. Ningún integrante de la comisión directiva de UTA acompañó a los delegados, una condición que había puesto la empresa.

Ya por la mañana, Rubén Flores, secretario de UTA, había anticipado que no concurriría porque "nosotros (por UTA) no planteamos ningún conflicto ningún paro, nada, entonces no puedo salir a pelear una medida decidida por un grupo de trabajadores", remató. Tampoco los delegados de base se lo pidieron.

De los tres choferes despedidos, dos cobraron la indemnización doble en tanto que el restante, integrante de la conducción del nuevo sindicato que responde a CTA, reclamaba su reincorporación. Un pedido que el vocero de Indalo, Ismael Infante, descartó de plano una vez más: "ni siquiera se conversa", dijo, "nadie va a elegir a los empleados por nosotros".

Los despidos fueron sin causa, se registraron durante el fin de semana y se fundaron en que no colmaban la expectativa de desempeño de Indalo.

Acerca del encuentro fallido, Infante dijo que no se trataba de una negociación sino de una "conversación con los delegados y con UTA, ésa era la condición, porque la CTA no existe para nosotros, no tiene personería gremial en transporte y nunca hizo una presentación en la empresa".

Rodríguez intentó "despolitizar" -así dijo- el conflicto porque la disputa es "con Indalo, que desconoce la libertad de afiliación de los trabajadores" y no entre CTA y la organización tranviaria cegetista. El sindicato que tenga la representatividad de los trabajadores del transporte público concentrará el impacto efectista mayor en los paros.