Municipio y bomberos en alerta por los incendios de contenedores

NEUQUEN (AN).- Desde hace 15 días, la municipalidad y los bomberos no dan abasto conteniendo el riesgo de incendio en la barda. Es que, al parecer, algunos "cirujas" y vecinos de las "tomas" han adoptado la rutina diaria de incendiar los desechos arrojados en los containers. A esta metodología la comuna responde con más control.

Las llamas destruyen los grandes recipientes de metal instalados por el municipio en sectores críticos de la meseta para que la gente arroje allí sus residuos en vez de hacerlo en los espacios públicos.

Esta situación presenta la paradoja de que la gente pide soluciones por la basura y la misma gente lo impide destruyendo una herramienta útil.

Siempre hubo quemas, pero en los últimos 15 días se agravó. Los incendios son diarios y los bomberos están "hartos" de acudir y sofocar las llamas, que pueden extenderse rápidamente gracias a la inflamabilidad de los residuos.

Además, en la combustión incompleta se generan sustancias tóxicas que pueden generar problemas graves de salud, especialmente de tipo respiratorio. Esto fue lo que ocurrió ayer con la hija de un lugareño que irritado agredió ásperamente a un inspector de Gestión Ambiental creyéndole culpable de lo sucedido.

Según se supo, "son cirujas y pibes de las tomas" los que se dedican a cometer esta tropelía, que se viene repitiendo pese a los esfuerzos de la municipalidad, que ya advirtió que requerirá la colaboración de la policía de la provincia.

El plan de limpieza de barda comenzó hace seis meses con la colaboración de grupos de voluntarios y bajo la dirección de técnicos de Gestión Ambiental. A su finalización se instalaron contenedores en áreas estratégicas de la barda, entre ellas en las intersecciones de las calles Pérez Novella y Huilén, y Pérez Novella y Rufino Ortega. Esta programación se completa con otros cuatro contenedores itinerantes, de viernes a lunes.

Ninguno de estos recipientes se salvó del vandalismo ni tampoco los sanos con que fueron reemplazados.

El incendio y destrucción de contenedores significa, dijo el subsecretario de Gestión Ambiental Carlos Roca, "un lamentable retroceso en el programa y en la concientización de la gente" Hay otro inconveniente: también "desaparecieron" todos los carteles indicadores que aludían dónde y cómo verter los desechos. "Tampoco se trata de poner un policía cuidando cada contenedor, sino apelar a la conciencia, a la convivencia y a la solidaridad comunitaria", remarcó Roca. Además del aspecto sanitario, estos actos tienen un impacto económico importante, pues el costo de estos contenedores de basura ronda entre los 2.500 y los 3.000 pesos.