Un debate que expresa diferencias sobre el manejo del Estado

Gobernabilidad, una cuestión que divide aguas

Para la oposición, el veranismo la reduce a la normalización en el pago de los salarios del sector público y deja de lado cualquier otra medición sobre la calidad de gestión.

Gendarmería en las calles de Roca, la sombra del gobierno...

El concepto de gobernabilidad divide aguas entre el gobierno rionegrino y la oposición.

Para el primero, la provincia vive en un marco amplio y generoso de estabilidad institucional y social. Parado ahí, deduce que la gobernabilidad es un dato por demás elocuente en el camino a las elecciones generales del 31 de agosto.

Para los segundos, la provincia vive una relación formal con la realidad, un pacto involuntario que no alcanza para disimular la existencia de problemas que son de gobernabilidad.

- ¿Cómo puede afirmarse que la provincia goza de gobernabilidad cuando está desplomado el funcionamiento del conjunto de los servicios básicos que presta el Estado?- reflexionaba días atrás el candidato a gobernador por el Frente Grande, Julio Arriaga.

Instalado en el discurso político a mediados de los '80, el concepto de gobernabilidad está ligado a las posibilidades de un gobierno de manejarse en el marco de conflictos prolongados sin ver afectada duramente su base de sustento ni la calidad de su gestión.

Para la administración Verani, toda reflexión sobre el tema debe referen

ciarse con la historia inmediata de la relación gobierno - sociedad. "Esta no es la provincia de las campañas electorales del '91 y '95, cuando debíamos sueldos, aguinaldos...no cumplíamos con nada y teníamos que gobernar con la policía tirando gases o la Gendarmería Nacional ocupando el Alto Valle- suele recordar Verani.

Desde su contenido, la definición promueve dos conclusiones:

Una: Para el oficialismo la gobernabilidad está vinculada con una concepción de orden que bien podría definirse vía esta ecuación: si no hay marchas públicas de protesta, hay gobernabilidad; si las hay, domina la ingobernabilidad.

Dos: El gobierno toma la normalización en el pago de salarios a los empleados estatales como la condición de única variable para medir el estado de gobernabilidad en que vive la provincia.

Para el candidato a gobernador por el PJ Carlos Soria, la lectura gubernamental se organiza desde "un concepto muy primario de los alcances de las obligaciones de un gobierno".

- Son los resultados los que también cuentan...y en esta materia, la gestión radical no sólo empobreció la provincia, sino que hipotecó el futuro de los rionegrinos por largo tiempo al endeudarnos por más de 2.500 millones de pesos- sostiene.

Coincidiendo con esta mirada pero nutriéndola, está la opinión del líder y candidato a gobernador por el Movimiento de Acción Rionegrina, Eduardo Rosso.

- Tal como la entiende el gobierno, la gobernabilidad es un concepto reaccionario en tanto que se funda en un parámetro estático...un no cambio: "Pago los sueldos, y está todo bien"...Ese es el razonamiento de los radicales Y con esa conclusión intentan cerrar el debate, porque circunscriben la gobernabilidad a un mero trámite fiscal -pagar- y se desprenden de toda consideración sobre la calidad de gestión del conjunto del accionar del gobierno, que es donde se denuncia la baja calidad de gobernabilidad que tenemos en la provincia- dijo Rosso días pasados a este diario en Viedma. Pero ninguno de los consultados duda tampoco de que desde la concepción de gobernabilidad con que se maneja, el gobierno cosecha resultados.

O sea, simplifica el alcance de ese concepto en que al menos en lo concerniente a su relación con quienes viven del aparato de Estado, "la casa está en orden".

Aunque ese orden esté signado cuando no por ineficiencias, por situaciones que orillan la humillación.