Martes 15 de julio de 2003 | ||||
Lula defiende su reforma jubilatoria No quiere negociar los aspectos centrales. Sus legisladores piden más flexibilidad
LONDRES/ BRASILIA (Reuters) - El gobierno de Brasil no hará concesiones significativas en sus propuestas de reforma de los sistemas de pensiones públicas y de impuestos pese a la presión del Congreso para diluirlas y facilitar su aprobación, dijo ayer un funcionario brasileño mientras sus legisladores en el congreso le pidieron que cambie su propuesta para facilitar su aprobación La batalla por las reformas es una prueba crucial para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que se empeña en hallar un balance entre las medidas financieras para mantener estable la economía sin traicionar los ideales de izquierda de su partido "El presidente no va a acordar con ningún cambio en las reformas que las conviertan en un mero simulacro y no en la transformación de un marco regulatorio", dijo a Reuters Tarso Genro, secretario del Consejo para el Desarrollo Económico y Social, creado por el gobierno para debatir las reformas. Genro dijo que "pequeños cambios" podrían ser hechos en las propuestas pero declinó dar detalles "Nuestro objetivo es aprobar las reformas como están", agregó desde Londres, donde acompañó a Lula, quien participó en una cumbre de líderes de centroizquierda.(ver págs. 2-3) Lula, el primer presidente de Brasil que proviene de la clase trabajadora, dijo que las enmiendas propuestas a su proyecto podrían afectar al objetivo de acabar con e déficit del sistema público de pensiones, una de las acciones que forman parte de los los esfuerzos para asegurar que Brasil pueda pagar la deuda y tener un esquema de pensiones más justo. "El presidente no va a hacer ninguna concesión que distorsione las propuestas", indicó Genro. En tanto, los legisladores oficialistas hicieron la petición de cambios en la propuesta. "Siempre hay cambios en el camino, y estos cambios están ocurriendo", dijo el presidente de la Cámara de Diputados, Joao Paulo Cunha. Cunha, uno de los políticos del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) con más poder, está en el medio de los grupos de interés y de los legisladores de la oposición que piden de Lula determinados compromisos para darle su apoyo a la reforma. Lula no ha excluído la posibilidad de hacer algunos cambios, pero dice que éstos tienen que ser consensuados con los 27 gobernadores del país . El gobierno de centro-izquierda quiere evitar una batalla con el Congreso y con los empleados estatales que podría hundir el proceso de reform Una de las enmiendas propuestas a la reforma, presentada la semana pasada por jueces y magistrados, eliminaría el objetivo clave de acabar con la práctica de dar a los trabajadores públicos una pensión igual a su último salario íntegro, a diferencia del sector privado, donde se cobra un porcentaje. Lula está enfrentando una fuerte oposición a la reforma por parte de los sindicatos de funcionarios públicos que hasta ahora no han conseguido cerrar las principales oficinas federales a pesar de que aseguran que la mitad de los 900.000 estatales apoyan la huelga.
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