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Intimidad de la postulación de Zaffaroni

Se reunió en secreto con el presidente, luego de que la jueza Kemelmajer rechazara el ofrecimiento.

BUENOS AIRES (ABA).- Cristina Fernández de Kirchner lo llamó a su casa el domingo 29 de junio, para invitarlo a la Residencia al día siguiente. Eugenio Raúl Zaffaroni entró a la Quinta de Olivos en un auto de Presidencia que lo pasó a buscar por su casa de Barrio Norte. Ya conocía a Néstor Kirchner, pero su relación había sido más bien tormentosa. El Presidente lanzó su propuesta de inmediato: "Me gustaría promoverlo para reemplazar a Nazareno, pero antes quiero saber su opinión". Zaffaroni contestó con una frase formal: "Ningún abogado puede rechazar un puesto como juez de la Corte Suprema".

El ex funcionario frepasista fue uno de los primeros en enterarse de la estrategia kirchnerista. A esa altura del domingo, ni siquiera Gustavo Beliz sabía que Zaffaroni sería el candidato oficial para el más alto tribunal de la Nación; de hecho, el ministro de Justicia estaba convencido de que Kirchner impulsaría a la prestigiosa jueza mendocina Aída Kemelmajer La idea de impulsar al penalista surgió de la propia primera dama. Su marido, en un principio, tuvo algunas dudas. Zaffaroni fue uno de los más férreos adversarios a la reforma constitucional que impulsó Kirchner en Santa Cruz, en 1998. Hasta patrocinó como abogado a los legisladores de la oposición aliancista que intentaron parar la idea kirchnerista de la reelección indefinida Con una sonrisa, Kirchner le recordó a Zaffaroni aquellos acontecimientos. "Mire doctor -contestó el ex camarista- yo rescato la valentía de su gestión, pero sigo creyendo que el sistema de reelección indefinida es anticonstitucional" Lo que no sabía Zaffaroni es que, en realidad, él fue el segundo candidato presidencial. El viernes 26, apenas confirmada la renuncia de Julio Nazareno, el Presidente mandó un enviado a Mendoza para que se entreviste con Kemelmajer. Pero el abogado que ostenta una larga amistad con Kirchner, recibió una inesperada negativa de la civilista, aunque dejó una puerta abierta. "A mí no me interesa entrar a esta Corte. Ahora, si se piensan más cambios y se instrumenta un mecanismo para elegir a un tribunal con integrantes que se complementen entre sí, pueden contar conmigo", habría señalado Kemelmajer.

De acuerdo con lo explicado por el enviado de Kirchner, la jueza mendocina le remitió un mensaje al Presidente: no sólo es necesario transparentar el mecanismo de elección de los jueces, también hay que pensar en una Corte que cubra "todo el abanico judicial". Es decir, recomendó que los futuros miembros se designen de acuerdo a su especialidad: "No puede ser que no haya ningún penalista en la Corte", se quejó La estrategia inicial de Kirchner era presentar a su candidata al regresar de la gira europea, a mediados de julio. El 18 era la fecha ideal: ese día, el Presidente participará en el acto por el noveno aniversario de la voladura de la AMIA, lo que representaría una excelente oportunidad para mostrar "la nueva justicia transparente" del post menemismo. No es un dato menor que la propia Corte Suprema es la encargada de llevar adelante la investigación por el atentado a la AMIA. Y la comunidad judía nunca se mostró de acuerdo con el manejo de esta causa. De cubrir la vacante de Nazareno, Kemelmajer hubiese sido el primer miembro de origen judío de la Corte Suprema en toda la historia argentina. Cuando la mendocina rechazó el ofrecimiento, surgió la alternativa de Zaffaroni, que incluso cubría en parte el "frente" que quedaba vacío: el ex camarista asesoró a los familiares de las víctimas del atentado en el juicio oral.

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