Chile, a un paso de ser socio comercial de los EE. UU.

Por Víctor Gutiérrez Cortés

Las autoridades chilenas y los medios locales dan como un hecho la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, luego de la abrumadora mayoría con que Cámara de Representantes de esa nación aprobó el convenio, pues no habría complicaciones en el Senado de ese país. La Cámara dio su visto bueno al TLC por 270 votos contra 156 y nueve abstenciones. La cifra es aún mayor a la que permitió en 1992 el Tratado del Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA, según sus siglas en inglés) o a cualquier otro acuerdo de negocios internacional. Todos los analistas coincidían en que el más difícil escollo estaba en la Cámara de Representantes estadounidense, donde había sectores demócratas contrarios. Pero el 63% de los votos hace prever su segura ratificación en el Senado, que revisará el documento esta semana, tras lo cual sólo faltaría la promulgación de la Casa Blanca.

El presidente de la Cámara Chileno-Norteamericana de Comercio (AmCham), Richard Diego, aseveró: "Estamos a las puertas de tener un acuerdo totalmente cerrado. La canciller de Chile, Soledad Alvear, prevé que esta semana pueda culminar positivamente en el Senado norteamericano la tramitación del TLC, firmado en junio pasado a nivel de gobiernos. Posteriormente, en agosto se revisará en el Congreso chileno y se espera que en setiembre esté listo. Ambos gobiernos han manifestado su confianza de que el pacto entrará en vigor el 1 de enero de 2004.

La importancia del TLC con Estados Unidos radica en que este país es el mayor socio comercial de Chile, con un intercambio de bienes que alcanzó los 8.800 millones de dólares durante el 2001. El año pasado, sólo el comercio de bienes dio cuenta de 6.000 millones de dólares. Además, Estados Unidos es el mayor inversor en la nación sudamericana. El gobierno de Chile ha señalado que una vez que entre en vigencia el TLC con Estados Unidos -que se negoció por once años-, el Producto Bruto Interno (PBI) local se incrementará en alrededor de 700 millones de dólares y que desde el año 2005 el crecimiento anual se expandirá un 0,9% adicional. Cuando el TLC entre a regir, el 87% de las exportaciones chilenas ingresará a Estados Unidos sin pagar arancel. Al cuarto año, el 94,8% de los envíos estará libre de impuestos aduaneros. Se estima que en los primeros cinco años del acuerdo, el intercambio comercial puede crecer hasta un 30%.

Dentro de otros beneficios que espera Chile figura contar con reglas claras y permanentes para el comercio de bienes, servicios y para las inversiones que faciliten la toma de decisiones de los chilenos que hacen negocios con Estados Unidos. También se cuenta con que el prestigio de ser socio de Estados Unidos redundará en un menor riesgo-país, el que se reflejará en menores tasas de interés. Dentro de otros efectos positivos del TLC, se prevé que el consumidor chileno se verá favorecido por las rebajas arancelarias. También se estima que el mayor crecimiento económico incentivará la creación de más y mejores empleos. También se anticipa que los beneficios no serán sólo para el agro chileno, sino también para las empresas manufactureras y los productos más elaborados del país.

Hasta la votación de la semana pasada, el mayor temor de las autoridades chilenas eran los efectos políticos que podría haber tenido su postura de no apoyo al ataque de Estados Unidos a Irak, en su condición de miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, las aprensiones sobre eventuales represalias quedaron completamente disueltas. Legisladores norteamericanos explicaron que las diferencias son normales entre socios y que éstas quedaron superadas. Justificaron su votación señalando que Chile merece el TLC por su éxito económico y su orden político. El propio presidente de Chile, Ricardo Lagos, coincidió con esta perspectiva: "Tras esta votación, hay un reconocimiento a lo que ha hecho el país". Aunque se estima que este acuerdo será modelo para el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), legisladores demócratas dijeron a medios chilenos que no necesariamente volverán a dar su aprobación, a menos que las otras naciones respeten los mismos estándares laborales y ambientales que Chile (DPA)