Viernes 18 de julio de 2003
 

El contrabando humano en Cuba

 

Por Carlos Díaz

  La emigración desde Cuba es un hecho endémico desde que asumió el poder el gobierno comunista del presidente Fidel Castro, hace 44 años, y aunque en los últimos años descendió el número de personas que abandonan la isla, el empleo de la violencia en esos hechos sufrió un dramático aumento.
En los últimos 11 meses se informó oficialmente de 13 incidentes migratorios en que la violencia estuvo presente en mayor o menor medida, incluyendo la toma de rehenes o el secuestro de aviones o embarcaciones, que en varios casos tuvieron un desenlace sangriento.
El lunes pasado, tres hombres, una mujer y sus dos hijos tomaron por asalto un buque pesquero en La Coloma, 130 km al oeste de La Habana, en un frustrado intento por viajar a Estados Unidos, dejando como saldo a los tres ilegales muertos y dos heridos, en un confuso hecho que está en investigación. Apenas 24 horas después, el Ministerio del Interior anunció que una nave de exploración marina fue secuestrada en Camagüey, 530 km al este de la capital, transportando al menos a 27 personas.
Al buque lo siguieron lanchas patrulleras, hasta que ingresó en aguas territoriales de Bahamas.
Como todo tema que vincule a Cuba con Estados Unidos -destino preferido de los emigrantes ilegales-, el asunto deja de ser un problema social para pasar al terreno político, y representantes de ambos países, acérrimos enemigos ideológicos, mantienen desde 1994 una "mesa de negociaciones" para regular las migraciones.
La Habana alega que Washington estimula la salida ilegal de personas al denunciar la "Ley de Ajuste cubano" de 1996 como el origen de estos problemas, en tanto Estados Unidos afirma que los emigrantes salen en busca de libertad y para escapar a los efectos de una dura y prolongada crisis económica que afecta a Cuba.
Rafael Dausá, director para América del Norte de la cancillería cubana, dijo en junio pasado que Estados Unidos "imcumple con los acuerdos bilaterales", que establecieron en 1995 y 1996 que los norteamericanos concederían 20.000 visas anuales a los cubanos deseosos de emigrar.
"Sólo se han dado poco más de 1.000 visas hasta mitad de este año", afirmó Dausá, quien fustigó la legislación estadounidense llamada "pies secos, pies mojados", que favorece con residencia y trabajo inmediato a los ilegales cubanos que llegan a suelo norteamericano.
Washington admite el retraso en la concesión de visados debido a regulaciones migratorias adoptadas luego de los atentados del 11 de setiembre del 2001 contra Nueva York y Washington, pero niega que haya móviles políticos detrás de ello.
El vocero del Departamento de Estado, Robert Zimmerman, achacó a La Habana los incidentes y dijo que estos episodios obligan a "recordarle a Cuba que debe resolver los problemas de seguridad que evidencian sus puertos y aeropuertos".
El secuestro de aviones comerciales para escapar de la isla, cuyo último antecedente databa de 1992, se reeditó este año en Cuba con la toma violenta de dos aeronaves en marzo pasado, cuyos secuestradores lograron llegar a Estados Unidos.
Sin embargo, el número de personas que intentaron salir de Cuba en forma ilegal ha ido disminuyendo año tras año, según datos de la Guardia Costera estadounidense.
Hasta fines de mayo del 2001, 579 cubanos fueron interceptados en el mar por los guardacostas, contra unos 2.000 registrados en el 2000, cifra que no incluye los incidentes frustrados por las autoridades en la isla. Entre éstos se recuerda el de abril pasado, cuando tres hombres asaltaron un ferry de pasajeros en La Habana para huir de la isla, sin lograr su propósito.
Sometidos a juicio sumarísimo, los tres fueron fusilados pocos días después, generando una condena internacional por la aplicación de la pena de muerte en Cuba.
Las costas de la isla se encuentran bajo estricta vigilancia para impedir las salidas de ilegales, que ya no optan por el obsoleto sistema de balsas precarias para escapar del país, sino que recurren cada vez en mayor número al "servicio" de lanchas rápidas que ofrecen los contrabandistas de personas procedentes de Miami.
Pero el contrabando humano, que exige una erogación de entre 5.000 y 10.000 dólares per cápita, resulta prohibitivo para el cubano común que pretende emigrar y ello genera los episodios de violencia informados en los últimos meses en aeropuertos y terminales marítimas. (AFP)
     
     
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