Domingo 13 de julio de 2003
		Un buen aporte
		Por Carlos Torrengo
		Sucedió en el "35. Y fue durante el famoso debate de las carnes, aquella investigación que cargara de gloria al contradictorio Lisandro de la Torre. Un día de aquel tiempo Lisandro y un contador -que si la memoria juega limpio, su apellido era Yasky- se metieron en un buque británico anclado en el puerto de Buenos Aires. No tenían orden judicial. Horas después salieron cansados, sucios y contentos. Portaban varias cajas. Adentro, toda la documentación referida al negociado que, avalado por la dictadura de Justo, comprometía a frigoríficos anglobritánicos con los máximos exponentes de la entonces vigorosa oligarquía terrateniente. Pocas horas faltaban para que los comprometedores papeles salieran del país y se hundieran en el Atlántico. Y entonces, nunca más. -No bien abrimos los libros, el negociado quedó a cielo abierto -diría en el Senado el apasionante Lisandro. Casi 70 años después, en Río Negro vale la pena recordar a aquel santafesino. Porque a poco de andar, la comisión legislativa designada para investigar operaciones decididas por la administración Verani en el campo de la energía también pone mucho cielo al descubierto. Sólo por la venta anticipada de regalías, en 1996 la provincia perdió más de cinco millones de dólares. Todo vía un manejo arbitrario e impune del poder. Pero a diferencia de aquel descubrimiento concretado por Lisandro en un buque inglés, aquí no se encuentran los expedientes de varias de las negociaciones que afectaron el patrimonio energético de la provincia. Del informe de la comisión legislativa surgen varias reflexiones. * Dignifica la tarea legislativa en el campo de la investigación. Un dato alentador ante tanto desencanto existente con los organismos parlamentarios. Y se ratifica la gravitación que en la Legislatura rionegrina tuvo, en el pasado inmediato, el Grupo Agenda. Surgió a instancias de dos diputados del ARI hoy disidentes e integró por más de un año a legisladores radicales no veranistas. Agenda sistematizó sus ideas con otros proyectos de investigación sobre operaciones energéticas ya existentes. Habían surgido de los legisladores justicialistas Silvia Jáñez y Eduardo Rosso. Potenciado por Agenda todo ese paquete, se avanzó. Pero en diciembre necesidades de poder llevaron al no veranismo a hincarse ante el veranismo, que lo compró con cargos. Entonces, Agenda se desarticuló. Sin embargo, la decisión de seguir investigando no se inmutó. Y el veranismo no pudo acceder a una aspiración: bloquear la investigación. En ese impedimento, comenzó a denunciar fisuras en su poder. Y así se llegó a este presente. * El informe de la comisión investigadora pone en el ojo de la tormenta al gobernador Verani y a su ex ministro Horacio Jouliá, un hombre que pertenece a la esfera de los afectos más protegidos por el mandatario. A ambos la comisión investigadora les imputa serias irregularidades administrativas y tratamiento ilegal de las operaciones. Todo un accionar alentado por la debilidad de cumplimiento de las funciones del Tribunal de Cuentas y de la Fiscalía Administrativa. Se suma a esa carencia la liviandad con que intervino en el tema la Fiscalía de Estado. Conclusión: una vez más se ratifica que los perfiles más oscuros de muchas decisiones adoptadas por el régimen radical a lo largo de años fueron posibles por la existencia de fuertes dosis de silencios y complicidades generadas en distintos tramos del aparato de Estado. * En función de rescatar a Verani del ojo de la tormenta, el ala más dogmática del veranismo ya despliega un operativo. En esa iniciativa puso ayer entusiasmo el diputado Alfredo Pega. Es un hombre de dosificado pensamiento propio. Integra la comisión investigadora y se sentiría feliz viendo la política ajena a las contradicciones y asperezas que le son afines. El viernes Pega fue el blanco predilecto de la fuerte presión que ejerció Verani para que no se leyera el informe. Pero Pega no lo pudo impedir. Y para compensar el fracaso, desde ayer habla de las "segundas líneas", a la hora de acreditar responsabilidades en la pérdida de plata en que terminó la venta de regalías. Pega habla de mejorar la eficiencia de los organismos de control. Lo dice tratando de convencer de que en Río Negro esos organismos son autónomos a los designios de otros poderes. O sea, Pega disimula que las falencias de estos eslabones del aparato de Estado no son neutras. Máxime cuando no son una alteración en regla, sino un encadenamiento de decisiones más que sospechosas y reiteradas. Especialmente cuando en el centro de los intereses en juego está el máximo poder político de la provincia. Conclusión: el veranismo ortodoxo busca chivos expiatorios: organismos de control o quizá el propio Jouliá. La cuestión es rescatar a Verani de las aguas turbias. Pero una cuestión está clara para quienes conocen la política de esta provincia: Jouliá es a Verani lo que el hoy procesado presidente de la Lotería Miguel Irigoyen fue o quizá siga siendo a Verani. ¿Qué?: un accionar pétreo en función de intereses comunes. Miradas que no necesitan buscarse, guiños que siempre están implícitos. En cuanto a si Jouliá terminará procesado, ésa es otra historia. * En un acto de responsabilidad, el conjunto de la bancada radical dio quórum en la sesión del viernes. Una jornada en que Miguel Saiz, su timonero y candidato a gobernador, desconectó su celular. Una forma de facilitar su serpenteo ante las presiones del veranismo ortodoxo. Cuentan que salió airoso. Y que en el resultado de ese entrevero se templó su decisión: "Bueno, vamos y que se lea el informe". Saiz no ignora los eventuales costos electorales que puede alcanzar la denuncia formulada por la comisión investigadora. Pero tampoco ignora la sobredosis de costos que implicaba no dar quórum. Si todo esto habla de una fisura en el veranismo, es un tema con una biblioteca a favor y otra en contra. Si cruje ese bloque hegemónico que es el veranismo, algo auspicioso puede surgir en la política rionegrina. La ventilará. Le restará ortodoxia. Horizontalizará esquemas de poder. Y la hará más libre y digna. Carlos Torrengo ctorrengo@rionegro.com.ar
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