Miércoles 2 de julio de 2003
 

Bariloche, encerrado en su estacionamiento

 

Por Osvaldo Marsella

  Demasiado es el tiempo transcurrido para tantas discusiones entre el gobierno municipal y la empresa Altec SE, sin que a la comunidad se le haya aclarado que el estacionamiento medido es una parte del problema del tránsito, así como fue entendido originalmente hace nada más ni nada menos que una década.
Expongo con ese fin algunas consideraciones, así como también la propuesta concreta de solución en las circunstancias actuales.

El acuerdo inicial

Durante 1993 se consideró necesario facilitarle al turismo lugares de estacionamiento vehicular en el microcentro de Bariloche, sufragando el gasto del control mediante un sistema de cobro medido y desalentando que la población y comerciantes de las aceras de esa zona utilicen el mismo por muchas horas, pero habilitando lugares cercanos y gratuitos. Nunca se consideró la aplicación de este derecho como un fin recaudatorio.
Se estableció así en forma provisoria (Ord. 241-CM/93) un sistema tradicional que no se llevó a la práctica efectiva. El motivo de ello fue que concomitantemente se producía la renovación del transporte urbano de pasajeros, exigiéndoles a las empresas la implementación del boleto electrónico a fin de evitar las dificultades que los choferes tenían para su expedición mientras conducían, más los problemas de seguridad por la existencia de la recaudación. A tal efecto, la empresa 3 de Mayo tomó a su cargo el desarrollo de los lectores de cospeles que, a un costo aproximado de $50.000, percibió la empresa Altec SE.
Vinculado con este desarrollo sin cargo para la municipalidad es que mis pares del Concejo Municipal aceptaron mi propuesta de utilizar ese mismo cospel para establecer un sistema de estacionamiento medido y también el pago de tasas municipales. La capacidad de almacenamiento del cospel así lo permitía. Se simplificaba, con la carga de un determinado importe en cualquier lugar habilitado, tres aspectos importantes que evitaban pérdidas de tiempo a la población, entre otras cosas agilizar la cobranza de tasas municipales. El cospel se convertía en lo que hoy es una tarjeta de débito.
Mientras se desarrollaron los prototipos de los lectores aplicados al transporte urbano, trabajé con el gerente técnico de la empresa -designado expresamente por el presidente de Altec- en el acuerdo preliminar para que esta sociedad del Estado tomara a su cargo un tema hasta el momento sin solución: el tránsito en su concepción integral.
Aprovechando que la inversión más importante la efectuaba la empresa 3 de Mayo y que a Altec SE le resultaba fundamental tomar la concesión del tránsito de Bariloche, como antecedente para obtener concesiones similares en otras localidades (p. ej. Bahía Blanca), establecimos los siguientes puntos a cargo de la empresa.
1) Escuela de conductores; 2) expedición de licencias de conductor; 3)verificación vehicular; 4) habilitación de transporte de pasajeros y carga; 5) señalización vertical y horizontal; 5) control de tránsito las 24 horas con movilidad adecuada y comunicación con Policía Caminera en calles y rutas; 6) registro de automotores con base única con las del Estado nacional; 7) habilitación de estacionamiento sin cargo sobre la costanera del microcentro con vigilancia durante 16 horas diarias e iluminación donde corresponda, para 400 boxes; 8) estacionamiento electrónico medido en 20 cuadras del microcentro; 9) educación vial.
Los ingresos de la empresa consistían en percibir la totalidad de tasas, aranceles y multas por infracciones. En este último aspecto se le otorgaba el poder de policía manteniéndose la justicia de faltas como poder indelegable, pero a fin de evitar cualquier abuso se penalizaba a la empresa con el mismo importe de la falta que hubiese sido desestimada por mala sustanciación de la infracción.
Como obligación fundamental, la empresa incorporaba el personal necesario para todas las tareas técnico-administrativas, de control y mantenimiento a empleados municipales de planta permanente que por retiro voluntario se integren a la empresa manteniendo sus ingresos y con la incentivación de una participación total accionaria del 10% (sea con Altec o la conformación de una asociada específica para el caso). Con esto se lograba aprovechar la experiencia de aproximadamente 65 empleados municipales. Estos mantenían seguridad laboral a través de su participación accionaria y contratos con ingresos no dependientes del tesoro municipal.
Dado los mutuos beneficios, no se obligaba al pago de canon alguno y la ecuación económica permitía una rentabilidad del 20% sobre un negocio de $1.800.000 al 1995.
El beneficio más importante para el municipio (comunidad) es el efectivo control de tránsito que debe ejercer la municipalidad. La ausencia de ello produce la pérdida de vidas. Si se cuantificase económicamente, desestimando el valor incalculable que humanamente ello tiene, y de acuerdo con la muerte de personas menores de 18 años, tan sólo tres decesos anuales exceden el valor total mencionado.

Craso error

Dado que este acuerdo se culminó en 1995 y ante la cercanía del cambio de gobierno, todos los concejales consideramos oportuno entregar este borrador a quienes nos sucedieron, para su consideración. Primó también haber depositado nuestra confianza en que varios concejales continuaban sus mandatos y uno de ellos era electo intendente.
Lejos de utilizar este trabajo, quienes me precedieron convirtieron un servicio público integral en un simple negocio empresario. Ampliaron el área de estacionamiento medido (la parte más rentable del tema de tránsito) y eliminaron las demás obligaciones, subsistiendo hasta nuestros días el mismo problema.
Aseguraron la prórroga automática a voluntad de la empresa para renovación contractual, sin considerar que el estacionamiento medido no es un servicio esencial que no pueda interrumpirse 24 horas, como sí lo es la recolección de residuos o el transporte urbano.
Asimismo los órganos de control y aplicación no hicieron uso de las cláusulas de rescisión por infracciones cometidas en años anteriores por la empresa, ante la designación de inspectores no habilitados por la municipalidad.

Funcionarios funcionales

Las denuncias periodísticas del diario "Río Negro" han sido abundantes y claras sobre lo que significa Altec SE para los rionegrinos. Ningún empresario privado mantendría una empresa con una rentabilidad ínfima con respecto a las financieras. Ya se aclararon, en dichas denuncias, las derivaciones por tercerización de servicios y rentabilidades que esta sociedad de Estado otorga a subsidiarias privadas. Lo único que justifica actualmente la existencia de Altec SE sería el acceso directo a contrataciones estatales.
Es por ello que considero que por acción u omisión hay funcionarios municipales de Bariloche que son funcionales a lo que el periodismo está tratando de demostrar en los estrados judiciales como un acto de corrupción. Es así como resulta más fácil encontrar a los gerentes en pasillos de los juzgados que en sus lugares de trabajo.
Cabe preguntarse el motivo de esta funcionalidad. Son observables relaciones de intereses económicos de dudoso origen por parte de Altec SE y que la Justicia tendrá que descubrir y comprobar, pero también las hay de tipo político por algunos mandatarios municipales.
Llama la atención la aceptación de esta realidad de algún concejal que aparentemente no le cabrían estas dudas, pero no plantea con energía y públicamente algo que afecta a toda la comunidad.

Conclusión

Considerando que las partes (municipal-Altec SE) están integradas en su gobierno o dirección por "funcionarios públicos" cuya condición básica es la vocación de servicio a la comunidad, el camino que considero adecuado es: 1) denuncia de común acuerdo del contrato vigente; 2) llamado a licitación pública en las condiciones originales con las actualizaciones que correspondan.
Este último punto no necesariamente excluiría a Altec SE, siempre que se acepte al primero espontáneamente.
En caso contrario se verificará que la funcionalidad de los funcionarios en oscuros manejos de la cosa pública ya pasaría a ser intencionalidad manifiesta para satisfacer intereses personales de distinto tipo.
Es de esperar que los actores principales con responsabilidades directas, barilochenses la mayoría de ellos, defiendan la comunidad a la cual pertenecen.


(*) Ex concejal municipal de Bariloche
     
     
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