Sábado 26 de julio de 2003

Dieron por esclarecido el asesinato de la comerciante neuquina

El viudo reconoció a uno de los autores por la mirada. Dos días después del crimen cometió un robo.

 

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La plana mayor de la Policía dio anoche una conferencia de prensa para informar sobre los avances en la investigación de dos resonantes asesinatos.

NEUQUEN (AN)- "Es él. Lo reconozco por la mirada". José Marcelo Mora identificó ayer a uno de los sujetos que el 4 de julio pasado asesinó a su esposa, Carmen Lipián, en el barrio Gregorio Alvarez. Se trata de un joven que está preso por otros delitos: 48 horas después de participar del crimen cometió otro asalto, y pocos días después lo apuñalaron.

Se trata de Ramón Hernán Mansilla, de 23 años. Según la Policía, participó del crimen pero quien efectuó el disparo mortal fue su cómplice, Gustavo Marcelo Leiva, sobre quien se lanzó una cacería humana. Creen que lo atraparán en cuestión de horas. Los dos son oriundos de esta capital, y aquí viven actualmente.

El crimen de Lipián (39 años) era un dolor de cabeza para la Policía y e gobierno provincial. Los reclamos insistentes de los vecinos de Gregorio Alvarez ejercieron una fuerte presión sobre los investigadores, que no encontraban pistas firmes para ubicar a los autores.

Su esclarecimiento fue anunciado ayer en una conferencia de prensa en la Jefatura, lo que demuestra la magnitud del alivio que representa para el oficialismo. De paso, informaron sobre los avances en la investigación de otro asesinato, el de Emiliano Albornoz (ver aparte).

El matrimonio Mora-Lipián, padre de dos hijos, atendía un mercadito en Gregorio Alvarez. El viernes 4 de julio a la noche, cuando recién habían cerrado y estaban a punto de subir a su Renault 12, los abordaron dos sujetos.

Uno de ellos, que ahora se sabe fue Mansilla, apuntó al hombre a la cabeza con un revólver, y el otro, Leiva, abordó a la mujer. Ella se resistió y le disparó en la cabeza, causándole gravísimas lesiones que provocaron su fallecimiento horas después.

Fue un crimen salvaje que despertó el temor y la ira de los vecinos. Hubo una virtual pueblada en el sector, y el jefe de la policía Juan Carlos Lezcano tuvo que presentarse a dar explicaciones. Los reclamos de mayor presencia de efectivos en el sector se repitieron todo este tiempo, siempre sin respuestas.

El departamento Delitos se hizo cargo de la investigación. Al principio tenían muy pocos datos: sólo una descripción somera de los autores aportada por los testigos, y el detalle de que uno de ellos camina con cierta dificultad (ver aparte).

Fuentes policiales y judiciales explicaron que a fuerza de interrogar testigos, los investigadores pudieron reconstruir el trayecto que siguieron los delincuentes. Al parecer cubrieron su huida disparando al aire varias veces, por lo que más de uno los vio.

Así, llegaron hasta una casa ubicada a apenas 200 metros del escenario del crimen. Allí viviría un pariente de Leiva.

El domicilio fue allanado y se obtuvieron las primeras pruebas concretas.

La principal sorpresa de la investigación se produjo poco después, cuando lograron establecer la identidad de uno de los autores. "Se llegó al nombre de Mansilla y entonces nos enteramos de que ya estaba detenido", confió una fuente.

En efecto, el domingo siguiente al crimen de la comerciante, Mansilla cometió un robo a mano armada en el barrio San Lorenzo y su víctima lo reconoció. En ese momento no lograron apresarlo. Cuatro días después, el joven se presentó en la guardia del hospital Castro Rendón porque lo habían apuñalado, en circunstancias que no trascendieron. De inmediato quedó detenido, pero por el asalto.

Ayer, Mansilla fue sometido a una rueda de reconocimiento. El viudo de Lipián lo reconoció como el sujeto que permaneció a su lado, apuntándole con un revólver a la cabeza, mientras el otro (sería Leiva) baleaba a su esposa.

El viudo, según trascendió, tuvo algunas dudas. Pero cuando lo miró a los ojos dejó las vacilaciones de lado. "Es él, lo reconozco por la mirada", dijo.

Mansilla será indagado el lunes por el juez José Luis Cartolano. Ya no sólo está acusado de robo, sino también de participación en un asesinato. Y tiene antecedentes: fue condenado en Bahía Blanca y en Neuquén por delitos contra la propiedad.

Su cómplice, Leiva, está escondido en algún lugar de Neuquén. Creen que apresarlo será cuestión de horas.

La caminata increíble

NEUQUEN (AN)- Ramón Mansilla camina con dificultad, pero no tiene ningún defecto físico de nacimiento como se especulaba al comenzar la investigación. En cambio, padece las secuelas de una larguísima caminata que protagonizó cuando todavía era menor de edad y ya estaba involucrado en el delito.

Según confiaron fuentes policiales, hace seis años Mansilla caminó desde Río Colorado hasta Neuquén. Llegó a esta capital con los pies destrozados por el esfuerzo, y una escopeta recortada en un bolso.

"Hice dedo pero nadie me quiso levantar", explicó el joven, que fue detenido por la Policía en el puente interprovincial.

Todo su cuerpo delataba las huellas del esfuerzo: tenía los labios agrietados, la piel deshidratada y profundas heridas en los pies porque los últimos kilómetros los transitó casi descalzo, ya que sus zapatillas destrozadas dijeron basta.

"Desde entonces tiene problemas para caminar. Parece que nunca se curó del todo", indicó la fuente que habló con este diario.

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