Una abuela se defendió de un ladrón a bastonazos

Un delincuente intentó robar en un locutorio de Allen. Allí estaba María Ester, de 75 años, que se defendió a bastonazos cuando el malviviente la amenazó con una navaja. Fue detenido.

El local de las cabinas Pronto, ubicada entre Belgrano y Salta, fue asaltado cuatro veces en el último tiempo.

ALLEN (AA).- Una valiente abuela de 75 años, que se moviliza gracias a la ayuda de dos bastones, se enfrentó sola a un delincuente armado con una navaja que ingresó a robar en un locutorio de esta ciudad. El individuo la tomó por el cuello, pero la mujer no se amedrentó y hasta le propinó sendos bastonazos.

El malviviente sólo alcanzó a tomar unos 50 pesos de la caja y huyó. Pero gracias a la rápida reacción de la anciana, que pidió ayuda a sus familiares, el individuo pudo ser detenido poco después.

El insólito hecho ocurrió hacia el anochecer del viernes en las cabinas Pronto, ubicada entre Belgrano y Salta. Esta es la cuarta vez, en los últimos años, que este local se convierte en presa de los asaltantes, aunque es la primera situación de este tipo que le tocó vivir a doña María Ester Arcángelo.

Si bien el lugar permanece cerrado con una traba de seguridad, cerca de las 19:30 ingresó un hombre para utilizar una cabina y antes que la mujer pudiera volver a trabar la puerta, entró un joven con un gorro azul y amarillo que aparentó querer comprar unos caramelos.

Sin embargo, cuando la anciana fue a buscar las golosinas, el ladrón se abalanzó sobre ella, con una de sus manos le puso una navaja a la altura del cuello y con la otra le tapó la boca.

Pero ésta no se amedrentó y en una rápida maniobra tomó su bastón, comenzó a pegarle al sujeto en las piernas y alcanzó a sacar su cuello de entre los brazos del delincuente. En ese instante, "todavía no sabemos cómo, porque no estaba con sus bastones, que es con lo único que ella puede moverse, corrió hasta mi habitación, que está acá pegada al negocio, y gritó que había chorros", narró ayer la dueña del local, Liliana Arcángelo, sobrina de la osada mujer.

Pero más allá de tratar de escapar, la abuela sin pensarlo dos veces regresó a la escena del robo y mientras el individuo sacaba dinero de la caja, ésta continuó golpeándolo en la espalda y el resto del cuerpo. Recién después, el malviviente logró huir.

"No me asusté y no le tuve miedo. La verdad es que n pensé si podía hacerme algo o sacar un arma. Cuando me tapó la boca, ahí me dio más rabia. Le pegué en las piernas para que me suelte y después le encajé con todo en la espalda, y hasta parece que se golpeó con el mostrador porque le vi sangre en la nariz", contó ayer María Ester, muy tranquila, pero sin dejar de lamentarse por el dinero robado. "Si por mí hubiera sido no lo dejaba sacar ni un peso", agregó segura.

Minutos antes de que ocurriera el atraco, el hijo de la dueña estaba en el local, pero en ese momento se había ido a la casa contigua, donde estaba el resto de la familia. No obstante, éstos recién advirtieron el hecho cuando escucharon los gritos.

"No sé qué me pasó. Yo tengo artrosis en las rodillas, y por eso uso dos bastones, pero en ese momento largué todo y salí corriendo para avisarles a ellos", narró la valerosa abuela.

Rápidamente se dio aviso a la policía, se inició un patrullaje por el lugar y alrededor de las 20 el supuesto ladrón fue detenido mientras caminaba junto a otro individuo. Ambos llevaban un cigarrillo de marihuana (un porro) y un envoltorio de nylon con poca cantidad de esa misma droga. Según informaron fuentes policiales, se trató de un joven de 21 años, cuya características coincidieron con datos recabados en el lugar, aunque éste no llevaba encima dinero. Sólo el joven de 21 años quedó detenido a disposición del Juzgado 4 como presunto responsable del robo, y por la tenencia de drogas se dio intervención a la justicia federal.