El "correo" de la droga fue descubierto por su voz

Singulares detalles rodearon la captura del sujeto que traía marihuana a Neuquén.

Fue clave la corazonada de un policía, que lo siguió hasta que lo escuchó hablar.

El narcotraficante fue retenido en un auto con vidrios polarizados para evitar que se difundiera su rostro a través de los medios.

NEUQUEN (AN)- Un efectivo de Toxicomanía apostó fuerte a su corazonada y eso permitió la detención de Miguel Angel Sánchez, el hombre de 36 años que el martes desembarcó en Neuquén con casi cinco kilos de marihuana. La historia de su captura está salpicada de singulares detalles, algunos de los cuales trascendieron ayer.

Como informó "Río Negro", Sánchez era un sospechoso sin rostro aunque lo venían siguiendo desde hacía dos meses. Los investigadores habían descubierto que una o dos veces por semana viajaba desde Buenos Aires a Neuquén, descargaba en promedio 20 kilos de marihuana y regresaba a su provincia con la misma celeridad.

"Hacía un 'toco y me voy', nunca permanecía mucho tiempo acá", indicó uno de los investigadores consultados. La distribución minorista estaba a cargo de otros integrantes de la red.

¿Qué más sabían los efectivos de Toxicomanía? Poco: su nombre, su número de documento, que le gustaba vestir ropas gauchescas, que llegaría el martes a la mañana a Neuquén en un colectivo de línea y, detalle fundamental, conocían su voz.

Debían aprovechar al máximo esos pocos elementos para que no se les escapara otra vez, como había ocurrido la semana anterior.

El martes a media mañana la terminal era un mundo de gente. Entre todos los pasajeros que descendieron de los micros de larga distancia, un efectivo de Toxicomanía reparó en uno en particular: vestía una bombacha gris y boina. Ese podía ser el hombre más buscado, aunque seguirlo implicaba abandonar otras opciones.

Apostando a una corazonada, el policía de civil lo siguió -acompañado por otros compañeros- sin perderlo de vista. El hombre cargaba un bolso azul que parecía pesado, y caminaba con pasos cortos y rápidos por la calle Río Negro.

Acaso para despistar, por si lo estaban vigilando, el sospechoso ingresó en una casa de artículos deportivos -siempre seguido por el efectivo- y preguntó el precio de algunos productos. No compró ninguno, pero hizo lo que el policía esperaba que hiciera: habló.

Cuando escuchó su voz ya no tuvo dudas, giró hacia su compañeros que esperaban en la vereda y levantó discretamente el pulgar.

De todos modos, faltaba corroborar sin margen de error que se trataba de la persona que buscaban. Por eso los investigadores permitieron que saliera del comercio y apenas unos metros más allá, en la esquina de Perito Moreno y Río Negro, lo pararon otros policías.

"Estamos haciendo un procedimiento de rutina de identificación de personas", le explicaron con amabilidad. Y le pidieron su DNI.

El sospechoso lo entregó sin desconfiar. Cuando vieron su nombre y número de documento ya no hubo más dudas, y le comunicaron que estaba detenido. Al abrir su bolso azul encontraron seis ladrillos de marihuana, rotulados con su respectivo peso. La corazonada había sido acertada, y Sánchez dejó de ser un nombre sin rostro.

Según se confirmó ayer, como resultado de los operativos del martes -en esta capital, Cutral Co, Zapala y Picún Leufú- cuatro hombres quedaron detenidos. El total de marihuana secuestrada ronda los siete kilos, y además los efectivos se incautaron de cuatro armas de grueso calibre y una camioneta Ford F100 modelo 94.

"La red quedó desmantelada y están probados los vínculos entre los detenidos", se entusiasmó una de las fuentes consultadas. En las próximas horas, el juez federal Guillermo Labate comenzará las indagatorias.