Lunes 14 de julio de 2003

Recordaron el crimen de una enfermera

NEUQUEN (AN) - "Mi madre nunca salió al pasillo ni fue tomada de rehén, el delincuente le disparó a quemarropa sin ningún motivo". Ayer se cumplieron tres años del trágico episodio del policlínico Ados, que derivó en el incomprensible asesinato de la mucama Elba Farías de Mansilla, a quien uno de los delincuentes que habían asaltado una farmacia le disparó en la cabeza. La víctima agonizó varios días y falleció. Sus órganos fueron donados.

El recuerdo lo hizo Luis Gabriel Mansilla, quien se preocupó por aportar detalles a los que accedió mucho tiempo después de crimen, como producto de investigaciones que hizo la familia de la víctima.

En la noche del 7 de julio de 2000, dos delincuentes asaltaron una farmacia de la calle Islas Malvinas, la policía los persiguió y uno de ellos se refugió, tomando rehenes, en el Ados. Entró por los fondos y salió por el acceso principal de avenida Argentina.

En su huida, tomó de rehén a un empleado y buscando una salida, abrió la puerta de una habitación donde circunstancialmente se encontraba Farías. Sin motivo, la baleó.

El delincuente Javier Panetti salió a la vereda y un bicipolicía lo mató.

"Nada nos devolverá a nuestra madre; no hay culpables, pero sí responsables, el policlínico y la Policía, pero nosotros no hemos desplegado ninguna acción legal contra ellos", dijo Luis.

 

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