Se benefició porque le apuntó con el dedo

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los jueces de la Cámara Primera del Crimen le impusieron sólo un año de prisión en suspenso al delincuente que pretendió asaltar a un taxista afirmándole un dedo en la nuca, aunque luego empuñó un cuchillo y en el forcejeo lesionó al conductor para evitar que lo detuvieran.

El condenado es Horacio Wálter Calfueque, de 25 años, a quien ya le habían impuesto una pena de 10 años de prisión por un homicidio. Cuando cometió el nuevo hecho contaba con autorización para salidas transitorias, pero violó el compromiso asumido y no regresó a la Unidad Penitenciaria de Esquel, donde cumplía condena

El hecho debatido ocurrió el último 5 de abril, a las 6.15, cuando Calfueque junto a otro individuo, probablemente menor de edad, quiso despojar del dinero en efectivo que poseyera a Javier Vargas, quien conducía el taxi 117. El dúo abordó el taxi en Elordi y Vilcapugio, pero Calfueque se ubicó en el asiento trasero y el prófugo al lado del conductor. Apenas el auto comenzó a andar por Elordi, el imputado, simulando tener un arma de fuego, le exigió a Vargas la entrega del dinero.

Pero cuando la víctima advirtió por el espejo retrovisor que Calfueque le apuntaba con el dedo, detuvo el auto en Elordi y Santa Cruz, ante la presencia de un remisse, y descendió para trabarse en lucha con el asaltante. Vargas logró reducir a Calfueque, pero resultó lesionado en su mano izquierda, porque éste ya había empuñado un cuchillo para evitar la detención, mientras su cómplice escapaba a la carrera.

Calfueque trató de endilgarle la autoría del hecho al prófugo, pero el categórico testimonio de la víctima, a juicio del fiscal Carlos López, "desmerecen y restan posibilidad a dicho descargo defensivo". Para López, se trató de un robo calificado por el uso de armas, aunque tentado y no consumado. Por eso pidió que lo condenaran a 2 años y medio de prisión.

El defensor Oficial criticó el relato del taxista. Afirmó que carecía de veracidad y dijo que debía leerse en "una interna muy puntual entre taxistas y personas que pretenden asaltarlos: los primeros cansados de tantos robos suelen dar golpizas a los segundos, valiéndose además, de la intervención de otros taxistas y remiseros". Aseguró que le constaba que "suelen poner en cabeza de los asaltantes acciones que no llevaron a cabo". Por último pidió que lo condenaran por robo simple en grado de tentativa, y ese fue el criterio que siguieron los jueces Alejandro Ramos Mejía, Alfonso Pavone y Marcelo Barrutia.