Asesinaron a tiros al administrador de una estancia

Un sospechoso fue detenido de casualidad en un control de rutina. Dos o tres cómplices hirieron de un disparo a un policía y escaparon. En el auto hallaron chalecos antibalas y vestimentas policiales.

Los delincuentes interceptados llevaban un verdadero arsenal, que incluía armas de grueso calibre.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un ciudadano suizo de 36 años, identificado como Cristian Gsell, que se desempeñaba como administrador de la estancia "San Ramón" ubicada a 35 kilómetros de Bariloche, fue asesinado de cuatro tiros. Del crimen no habría testigos, pero la policía logró detener a un sospechoso en forma casual, tras un tiroteo durante un control nocturno de rutina en un camino secundario.

El apresado se desplazaba en un Renault 11 que fue secuestrado. Sin embargo, dos o tres cómplices lograron escapar a la carrera, pero antes hirieron de un balazo a uno de los policías que realizaba el control. Los uniformados repelieron la agresión, y balearon al único detenido.

De inmediato se tuvo la impresión de que el apresado y los prófugos estaban en algo "pesado". En el baúl del auto encontraron cámaras fotográficas, armas de diversos calibres y con miras telescópicas. Pero lo más llamativo, es que tenían camperas, borceguíes, chalecos anti balas y gorras de la Policía de Río Negro. También había handys con la frecuencia policial, se informó.

Si bien el caso aparecía como grave, lo fue aún más nueve horas después, cuando se supo que el administrador de la estancia "San Ramón" había sido asesinado de cuatro balazos.

Rápidamente tomó conocimiento de lo sucedido el juez Gregor Joss y los jefes de la Unidad Regional Tercera de Policía, quienes de todas formas guardaron un importante hermetismo por el caso Tanto el magistrado como los jefes policiales llegaron hasta el casco de la estancia ubicada en cercanías de la ruta 23, y relacionaron la detención del sospechoso y la fuga de los cómplices, con el crimen descubierto.

Están fuera de peligro

Con respecto al policía y al apresado herido, en ninguno de los dos casos sus vidas corrieron peligro, pero ambos quedaron internados en observación en distintos nosocomios, y probablemente sean intervenidos quirúrgicamente para retirarles los respectivos proyectiles.

Cuando se produjo el violento tiroteo entre los policías y los delincuentes, a última hora del domingo, los uniformados estaban lejos de suponer que los sospechosos podrían haber asesinado a un hombre momentos antes, porque el cuerpo de la víctima fue hallado en su domicilio, con cuatro impactos de bala en su cuerpo, 9 horas después del enfrentamiento armado.

El tiroteo se produjo a las 23.45 del domingo en la calle Modesta Victoria y Bajada 10, en el barrio Valleverde, cuando los agentes de la Policía Caminera detuvieron la marcha de un Renault 11 que circulaba por ese camino de tierra, alternativo a la ruta 237 para el ingreso a la ciudad desde el este.

La calle Modesta Victoria es utilizada, entre otros, por cazadores y pescadore furtivos, por personas que comercializan reses faenadas en forma clandestina, y por automovilistas que adolecen de los requisitos o documentación para circular, debido a que por ese camino pueden eludir el puesto de control de tránsito.

Pero el procedimiento rutinario del domingo de pronto se transformó en excepcional, porque cuando los uniformados le pidieron al conductor del Renault 11 que abriera el baúl de su auto, los acompañantes comenzaron a disparar contra los uniformados, e hirieron en el antebrazo izquierdo al oficial Rodolfo Vallejos, que estaba a cargo del operativo. Los policías también accionaron sus armas contra los agresores, pero sólo alcanzaron a herir en la pierna izquierda al conductor del vehículo, luego identificado como Ernesto Edgardo García, dado que sus 2 o 3 acompañantes escaparon a campo traviesa y se perdieron en la oscuridad.

Con las constancias reunidas durante la investigación, el juez Joos se aprestaba a realizar allanamientos en distintos domicilios, con la intención de detener a los prófugos y secuestrar las armas utilizadas para matar a Gsell y herir a Vallejos.