Jueves 3 de julio de 2003

Lo condenaron a 14 años de cárcel por un crimen

El asesinado era un peón rural que intentó escapar del ataque. Murió tras recibir varios disparos de arma de fuego en la espalda. Fue durante una pelea de patota, de la que la víctima era ajena.

 

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El enfrentamiento entre las patotas, conmocionó a los vecinos del barrio Güemes de Bariloche.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un joven de 21 años, integrante de una patota que infundía temor en varios barrios del IPPV, fue condenado a 14 años de prisión por su participación protagónica en el homicidio de otro muchacho de 27 años, que trabajaba en la zona rural y pasaba los fines de semana en la ciudad.

La forma de comisión del crimen, con disparos efectuados de manera artera, por la espalda y durante una persecución, mientras la víctima trataba de escapar o buscar protección, convencieron a los jueces de imponer la condena solicitada por el fiscal Carlos Alberto López.

La declaración de uno de los imputados y la de otros testigos parciales del incidente ya habían convencido al fiscal de que José "Cocho" Bravo había sido el único responsable de la muerte de Carlos Domínguez, el joven que resultó asesinado de un balazo en la espalda el último 7 de diciembre, en el marco de una absurda guerra de patotas a la que la víctima era ajena.

Los jueces de la Cámara Primera del Crimen acordaron también con el fiscal en la desincriminación de los otros tres imputados, por entender que su participación en el hecho no los hacía responsables por una determinación atribuida únicamente a José Bravo.

Los hechos ocurrieron minutos después de las 2 del 7 de diciembre de 2002 en la playa de estacionamiento del edificio 21 del barrio Ada María Elflein, designada como "la playa de Ariel". A esa hora, los vecinos escucharon varios estampidos de armas de fuego, y poco después advirtieron que estaba tendido sin vida el cuerpo de Carlos Conrado Domínguez, un joven de 27 años que trabajaba en el campo y venía a Bariloche cada 15 días, a pasar el fin de semana con su familia. En Bariloche, Domínguez compartía momentos y algunas cervezas con otros jóvenes del barrio Elflein, y en esas circunstancias lo sorprendió el enfrentamiento entre los dos grupos de patoteros.

Apenas ocurrido el suceso, la policía efectuó varios allanamientos y detuvo a 13 sospechosos, pero después quedaron detenidos e imputados únicamente los hermanos José y Alfredo Bravo, y Lucas Vergara y un hermano menor de edad. Para el fiscal, todo comenzó cuando la patota de los barrios Alborada y Bella Vista, integrada po estos cuatro individuos, ingresó al barrio Elflein, precedidos por dos perros feroces, y acometieron con disparos de arma de fuego contra el grupo del Elflein, que estaba reunido y conversando en un pasillo Domínguez se separó de sus compañeros pero fue alcanzado por sus perseguidores, que después de tratar de golpearlo le dispararon por la espalda.

El quejido de Domínguez fue escuchado por algunos vecinos, y otros alcanzaron a verlo cuando, después de correr unos 70 metros, se abrazó a un poste de luz y cayó, herido de muerte.

Los jueces de la Cámara Primera del Crimen debieron convalidar la absolución de los otros tres imputados, porque para el fiscal López no hubo coautoría ni homicidio en agresión, sino que existió un hecho dinámico, donde se pudo identificar al autor del disparo mortal, que pudo no ser querido por sus acompañantes.

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