Presente y futuro de Las Leonas

"Magui" Aicega y Natalí Doreski, dos generaciones.

Ambas comparten el mismo sueño: volver con el oro.

La flamante capitana del equipo y una de las más jóvenes.

El mejor equipo del mundo, Las Leonas, tuvieron en el CeNARD su último entrenamiento antes de partir a los Juegos Panamericanos. El próximo domingo abandonarán el suelo argentino. Irán a Santo Domingo en busca de la medalla de Oro y del pasaje directo para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Por tradición son las máximas favoritas a obtener el título. Para saber cómo viven estos últimos días en el país, "Río Negro: juntó a dos de ellas. La defensora Magdalena Aicega (29 años), que transita, tal vez, sus últimas corridas con la celeste y blanca. ¿Es su último Panamericano? "Puede ser, no lo sé. Ahora disfruto mucho del momento", cuenta "Magui" con la simpatía de siempre. Para la delantera Natalí Doreski (23 años) la situación es totalmente distinta. Será la primera vez que viaje a un Juego. "Estoy muy contenta, con muchas ganas de ir y con todas las expectativas. Quiero que el torneo empiece ya", dice ansiosa la goleadora. En el último Mundial, Doreski tuvo el desafío de reemplazar a una histórica: la lesionada Vanina Oneto. A fuerza de goles se ganó un lugar entre las titulares - ¿Cómo se mentalizan para un torneo en el que van como favoritas?

Doreski: Antes que nada, creo que no hay torneos fáciles. Cuando uno va de favorito es difícil. Fijate lo que pasó en el Mundial de Japón y Corea con los chicos de fútbol. Nosotras vamos a ir pensando partido por partido.

Aicega: Para nosotros es importante porque es clasificatorio para los Juegos Olímpicos, que es nuestro principal objetivo. Somos realistas. La mayoría de los equipos que van son inferiores a Argentina. No por eso hay que desmerecerlos o jugar menospreciándolos. Si nos enfrentamos a un rival con el que tenemos 10 o 15 goles de diferencia, hay que hacerlos. No nos sirve ganar 3 a 0 contra esos equipos. Nos ponemos esas metas. Hacer los goles.

- Natalí, de chica, ¿soñabas con todo esto: ganar un Mundial, ir a un Panamericano, la posibilidad de una olimpíada?

Doreski: No, no. Ni se me cruzaba por la cabeza porque empecé de casualidad. De chica no jugaba al hockey en ningún club. Sólo en el colegio de vez en cuando. Una amiga me insistió para que empezara. Así caí en Náutico Hacoaj. Después se fue dando todo. Ahora que me toca es increíble. Son muchas cosas. También sé que el camino es largo y habrá que poner el doble de esfuerzo.

- Ya no están varias juga

doras que fueron importantes.

Aicega: Sí, es verdad. A las jugadoras como Vanina (Oneto), Karina (Masotta), Anabel (Gambero), Jorgelina (Rimoldi), siempre se las va a extrañar. Pero nadie pretende que las nuevas sean como ellas. Cada uno tiene su estilo y sabrá si quiere imitar ciertas cosas de otras. Como yo miro a una defensora. Y si veo que me gusta como hace algo, trato de copiarlo. Pero no por eso imitar a la jugadora.

- A pesar de que se las extrañe, el nivel se mantiene.

Aicega: Lo importante es el gran recambio con talentos que tiene Argentina. Hoy están unas y mañana estarán otras. En el momento en que alguna de nosotros nos toque salir, por la cantidad de buenas jugadoras que hay, no va a haber problemas para que Argentina siempre esté en lo más alto.

- En el hockey no es común el fanatismo que hoy viven Las Leonas.

Doreski: (sin perder la vergüenza, suelta tímidamente) Me parece muy raro. No estoy acostumbrada. Porque allá en Holanda no me pasaba. Es raro llegar acá y ver todo el furor. De a poco uno se acostumbra. Igual no deja de ser lindo el cariño de la gente y que te reconozcan lo que hacés.

Aicega: No tengo problema, me gusta el trato con las personas. Acá se le dio mucha importancia porque ganamos torneos, es así. Además el hecho de llamarte Leonas le pega más a todo el mundo. Como pasa con Los Pumas. Pero si perdés cuatro torneos, no viene nadie más.

- Primer Panamericano para Natalí, ¿último para Magui?

Aicega: No sé, no sé. Estoy mejor físicamente que hace un par de años. Creo que pensás en un retiro cuando uno empieza a cansarse y a no disfrutar de los entrenamientos. Eso a mí no me pasa. Me encanta entrenar. Estos dos últimos años hice mis mejores marcas.

Juan Ignacio Pereyra (ABA)