Lunes 21 de julio de 2003

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Ahora quiere jugar la Davis

 

Coria cerró una semana deslumbrante

Le ganó a Tommy Robredo 6-2, 6-2 y 6-1 y obtuvo un premio de 130.000 dólares.

Se llevó el Abierto de Stuttgart, el tercero de su carrera, sin haber perdido un solo set.

 

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El "Mago" desplegó un tenis colosal y se quedó además con un Mercedes Benz descapotable.

A los 21 años, Guillermo Coria sacude el circuito de tenis, deporte que ya lo saluda como la nueva estrella del planeta. Ayer el jugador argentino obtuvo su tercer título de la ATP tras derrotar al español Tommy Robredo 6-2, 6-2 y 6-1 y de esta manera quedarse con el Abierto de Stuttgart de Alemania.

Coria, que no perdió un solo set en todo el torneo, se llevó un cheque de 130 mil dólares y un coche Mercedes Benz descapotable El nivel colosal que exhibió Coria en Alemania durante toda la semana es lo que lo coloca en un lugar de megaelite que hacía mucho tiempo un tenista argentino no ocupaba. Coria no les ganó a sus rivales, sino que los destrozó, los eliminó con facilidad notable y distancia de juego oceánica, una diferencia que es muy difícil de lograr en el circuito actual de canchas lentas, donde argentinos, españoles y sudamericanos se baten en partidos cerrados y de resultados inciertos Coria abrumó con su juego a sus rivales, pero no lo hizo subido a un tenis de saque y volea, el "tenis tanque" que los ex jugadores combaten Cuando Coria juega, las teorías de que para que el tenis sea más vistoso las raquetas deben achicarse o la red subirse, se vacían de contenido. Coria transpira magia por toda la cancha, un jugador que maneja la mayoría de los recursos posibles con que puede contar un tenista. Acas su saque -pese a que en Stuttgart lo utilizó muy bien- es, paradójicamente, el único golpe con el que no agrede a sus rivales. El resto, como demostró ayer, fluye en la cancha con la naturalidad de quienes tienen estrella Coria tiró drops -lo hace siempre-, acaso con la misma astucia y picardía con la que un futbolista apela a un caño. Pero en el tenis de hoy, en el ladrillo, ese golpe se ha vuelto tan encantador como medular, un recurso fundamental para romper con la monotonía del juego de fondo. Esa variedad, la capacidad para cambiar de ritmos, para esconder el juego, es lo que provoca que a los rivales de Coria les dificulte leerle los golpes El santafesino, que ya había ganado los Abiertos de Viña del Mar en el 2001 y el Masters Series de Hamburgo este año, acompaña su tenis abigarrado con una fuerza mental asesina, cuyo músculo creció tanto como su juego. "Vengo a ganar el torneo", había dicho el lunes. Y cumplió. Si bien todos los tenistas "van a ganar" a los torneos, ninguno se anima a decirlo, en especial por el temor al fracaso o incluso al ridículo. Una frase que chorrea semejante convicción no es habitual en el mundo del tenis, sino más bien en el del boxeo, donde la desmesura y las bravuconadas forman parte del negocio Ayer Coria en ningún momento le permitió a su rival sentirse cómodo y con un despliegue formidable de golpes de fondo, drops y voleas, se quedó con una victoria contundente Con la semifinal de Copa Davis cada vez más cerca, Coria reclama un lugar en el equipo a gritos de talento y fantasía, magia y convicción Stuttgart 2003 ya es parte del pasado. Es, acaso, un andén más de un convoy cuya próxima estación no es esperanza, sino grandeza. (DPA/AR)

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