Jueves 17 de julio de 2003

Del entusiasmo inicial a la indiferencia del epílogo

El arranque fue atronador, a todas luces contagiante, un impulso vital por desbordar al rival con la prepotencia del vértigo. César Delgado -¿nace una estrella?-, D'Alessandro, "Lucho" González y, por supuesto, Diego Milito, le dieron al equipo de Bielsa un pulso acelerado, mezcla de paredes y combinaciones que invitaban a la ilusión Por eso no extrañó el primer gol, que llegó luego de una buena maniobra que tiene el copyright de Rosario Central del Clausura 2003: desborde y centro combado de Delgado, definición de palomita de Milito, que se vistió de Figueroa y apuntó a un palo.

La generosidad, cuando un conjunto todavía no está del todo vertebrado, se paga caro, por eso bastó un solo error del equipo -en rigor, un pase de Mascherano que fue interceptado- para que Uruguay empatara. Chevantone definió muy bien desde afuera del área.

De todas formas, las posturas no variaron. Siguió Argentina. Con D'Alessandro jugando y Delgado llegando. Pared entre ambos, tapa el arquero y Milito que factura de rebote. ¿Vendría más?

Casi. Un cabezazo de Milito se fue a centímetros del palo izquierdo del arquero uruguayo. Otro cabezazo, esta vez de Insúa, también acarició el mismo palo. Argentina era más, mucho más. Uruguay, en el fondo, era blando como la arena Pero otra vez, más por defecto del rival que por mérito futbolístico -en todo caso, el mérito es no desaprovechar las chances-, Uruguay volvió a llegar al gol... en contra. Milito que no se entendió con Costanzo, y la mandó adentro con su cabeza.

De nuevo el partido a fojas cero Ya en el segundo tiempo, las actitudes cambiaron. Uruguay le robó la pelota en los primeros minutos. No generó situaciones, pero evitó que la Argentina genera peligro en las dosis del primer tiempo.

Hasta que volvió a jugar D'Alessandro, a escupir desde su botín zurdo magia y convicción, caños y tiros de todos los gustos. Una apilada maradoniana, que incluyó un túnel, terminó con una falta no cobrada por Epifanio González. Otro tiro suyo respiró en la nuca de un palo. Argentina merecía el tercero. Uruguay volvió a acurrucarse contra su área De todas formas, el dominio de la Argentina no era tan abrumador. Salieron Delgado e Insúa y entraron Mariano González y Guiñazú. El caudal futbolístico de la selección fue perdiendo sustancia, como así también el entusiasmo del público, que transformó su apoyo inicial en tenue reprobación y hasta en silbidos Si se considera que la gran mayoría de los jugadores de Uruguay juegan en Europa -lo que lo convirtió en un rival importante-, el empate del final puede tener una lectura positiva. Bielsa está probando, su equipo fue muy superior, su equipo fue protagonista. (AR)

Tras un buen primer tiempo, la Argentina se fue diluyendo hasta empatar con Uruguay.

 

Un estadio tan único como polémico

 

Es ultramoderno, fastuoso y el mejor de América del Sur. Sin embargo, el Estadio Ciudad de La Plata es una construcción que roza la corrupción Emplazado en un predio de 26 hectáreas, tiene una capacidad para 53.000 espectadores, aunque el proyecto original proyectaba 32.000.

Los registros del Ministerio de Economía provincial señalan que, desde que se inició la obra, en 1997, se llevan gastados más de 72.000.000 pesos. De esa cifra, 11.070.039 corresponden a lo invertido en los últimos meses para lograr una terminación parcial, aunque el nivel de avance de obra alcanza al 60 % El proyecto original contemplaba, además de los 32.000 asientos, un lateral techado y un costo de 20 millones. Sin embargo, el plano sufrió grandes cambios que quintuplicaron el presupuesto previsto. Sólo el techado tiene cuesta 22 millones de dólares, sin contar impuestos y el canon aduanero Según cálculos del Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos provincial, completar el estadio demandaría ¡150 millones más! La ampliación del proyecto fue un pedido del entonces gobernador Eduardo Duhalde, que pretendía "un estadio del siglo XXI", tal como relató el diputado Carlos Martínez Así, se incluyeron 1.200 metros de vestuarios recubiertos en mármol, un avanzado sistema de ventilación, rampas de acceso de acero inoxidable y el deslizamiento del campo de juego, innovaciones ahora eliminadas Entre los registros del Ministerio de Economía y los del Tribunal de Cuentas hay una diferencia de casi 4 millones que nadie sabe explicar: Mientras en el primero figura que los gastos hasta 2001 fueron de 61.198.691, en el otro se consignaron erogaciones por 65.172.058.

Debuts, dobletes y 'bobas'

 

Hubo un triunvirato que descolló por encima del resto en el empate de anoche Si bien no anotó ningún gol, César Delgado fue la figura de la Argentina ante Uruguay. El delantero de Rosario Central desbordó cuando quiso, gambeteó cuanto pudo y lanzó centros con precisión de relojero. Un gran proyecto de crack este delantero que pareciera seguir su carrera en México.

Igual en orden de mérito, lo de D'Alessandro tuvo, por momentos, estatura de estrella. Metió caños, practicó su singular "boba", pidió la pelota, pateó al arco. No hay dudas de que Alemania se lleva un desborde de talento, el proyecto de un genio adentro de un cuerpo humano Lo de Diego Milito alcanza la misma jerarquía que Delgado y D'Alessandro no sólo por la fuerza de sus dos goles (mucho mérito en el primero, olfato típico en el segundo), sino porque también jugó e hizo jugar, tuvo más chances y se proyecta como un delantero de corte internacional, con cierta finura al andar, movedizo y generoso Después, sin brillar, fue aceptable lo de Clemente Rodríguez, algunas cosas de Mascherano en la recuperación, la atención de Costanzo (nada que hacer en los goles) y no mucho más. Como déficit, la falta de coordinación, a veces, de la defensa. (AR)

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