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La emoción ganó por goleada

Opinión

Fantasmas, langostas y dinosaurios

Como siempre, el fútbol argentino oscila entre el exceso y la desidia, las alegrías y los vicios El fin de semana pasado, los dos clubes grandes, River y Boca, organizaron fiestas pantagruélicas para celebrar sus títulos. Pelucas, champaña, altoparlantes. La cara dulce del fútbol, que suele sonreirle a los opulentos Al mismo tiempo, en la misma fecha, Huracán y Olimpo finalizaba antes de tiempo por "falta de garantías", eufemismo que suelen utilizar los árbitros. En realidad temen por su vida, por salir de allí sin dejar el pellejo Otros dos encuentros tampoco terminaron ante la invasión de los fanáticos: Chacarita-Newell's y Colón-Vélez.

En este último, los hinchas locales, como langostas de una plaga, saquearon todo lo que encontraron en su camino, robándoles pertenencias y agrediendo incluso al plantel de Vélez (Ver nota Pág. 54) Nadie lo mencionó, pero pareciera haber existido una "zona liberada" en algunas canchas del fútbol argentino. Los hinchas se pasearon por dónde les dio la gana Ese lado oscuro del fútbol suele ocultarse detrás de los hombros del éxito No fue lo único que heló la sangre.

Al mismo tiempo también, Julio Grondona se sinceró en un asado televisado. "No creo que ningún judío -pestañeó don Julio- pueda ser árbitro de Primera, porque es difícil y ellos nunca buscan lo difícil" Es cierto: nunca un árbitro de origen judío dirigió en Primera. Una duda, entre otras vitales: ¿qué pensará Grondona de que el club de sus amores, Independiente, es manejado por Daniel Grinbank y Andrés Ducatenzeiler?

Mientras la DAIA exigía disculpas públicas ante el derrape verbal, Marcelo Bielsa convocaba una conferencia de prensa de urgencia. El fantasma de su renuncia vivoreó en las redacciones. Entre gallos y medianoches, alguien había quitado tres nombres seleccionados. Nunca en la era moderna de la selección -de Menotti en adelante- había ocurrido algo así. Alguna vez, el técnico de turno había consensuado alguna convocatoria. Pero nunca la AFA había hecho caer su peso así, en silencio y a escondidas.

Bielsa no se va. Por ahora Algo muy delicado se rompió en el matrimonio entre el DT y la AFA. En la conferencia, Bielsa dijo mucho más de lo que expresaron sus palabras. Fue elíptico al acusar: "Habrán tenido sus motivos". Y concedió: "Mi autoridad tiene un límite".

Semanas atrás, había aclarado que él no mendigó su puesto, sino que lo convocaron. Lo creyó necesario hacer. Justo alguien como él, que mide sus palabras con el mismo cuidado con el que un torero se mueve en la Plaza Grondona camina con paso cansado, pero inexorable, hacia su sexta reelección Bielsa, en cambio, serpentea como puede las piedras de su segundo mandato.

El fútbol pareciera habitar un universo paralelo. En ese sentido, Grondona podría tomar como propia una frase de Locke: "Si la realidad no coincide con mis palabras, lo siento por la realidad". Desentendido, ayer participó del agasajo a los campeones del '78. Premió a Batistuta y tal vez ni se enteró que a último momento alguien no dejó participar del encuentro a las Madres de Plaza de Mayo.

Como su amigo Ricardo Texeira en Brasil, Grondona no tiene rivales a la vista. Texeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, ayer fue reelecto por tercera vez en ese cargo, pese a que fue acusado de corrupción y hasta lo investigó el Senado A Grondona también lo investigó la justicia, por administración fraudulenta. Pero el expediente engordó hasta morir asfixiado.

Texeira es el presidente de la comisión de Justicia de la FIFA. Grondona, el de Finanzas El fútbol mundial parece estar en buenas manos Pablo Perantuono (pperantuono@rionegro.com.ar)

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