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La '12' copó el 'Morumbí'

Con un juego eficaz, derrotó 3 a 1 al Santos en el mítico 'Morumbí'. Tévez, Delgado y Schiavi de penal marcaron los goles. Descontó Alex. Es su quinto título y se acerca a Independiente, que tiene siete.

Tras una doble pared con Sebastián Battaglia en el área grande, Carlos Tévez marcó el 1-0 que terminó siendo clave en la final.

Ni el insoportable ruido de las más de 70.000 personas en el 'Morumbí' aplacó el ánimo de Boca, que defendió como un león y tuvo la paciencia de un implacable cazador para pegar el golpe en el momento justo.

El Santos de Emerson Leao prometía venganza tras el 0-2 que se llevó de Buenos Aires. El Boca de Carlos Bianchi llegaba con la confianza del resultado a favor, pero también con la seguridad que le otorga tantas y tantas exigencias duras y ríspidas superadas con suficiencia Eran el Santos y Boca, como hace 40 años, cuando los muchachos vestidos de blanco, liderados por Pelé, fueron campeones. Ahora estaban frente a frente para determinar cuál de los era el mejor de América, versión 2003. Nada menos. Y fue Boca, que así sumó su quinta Copa Libertadores, amenazando el reinado de Independiente, que tiene siete.

El arranque del partido fue bastante movido y 'caliente'. Muy disputado, luchado en toda la cancha. A tal punto que a los 20 segundos Leo vio la amarilla por una fuerte infracción sobre Villarreal Y también, como se esperaba, fueron los brasileños los que tuvieron la iniciativa al principio. Pero chocaron con la muralla defensiva que armó Bianchi: dos líneas de cuatro atentas y expeditivas como siempre. Claro que a los 5 minutos llegó un córner desde la derecha y el cabezazo libre de Oliveira fue sacado en la línea por Villarreal cuando Abbondanzieri estaba vencido.

Pasados los 10 minutos Boca pudo llegar al arco rival, pero el tiro del "Chelo" Delgado no tuvo buena dirección.

El resto del tiempo, la pelota seguía en poder del local hasta que a los 20 la robó Cagna y arrancó un contraataque letal. Tras una doble pared impecable en la puerta del área entre Battaglia y Tévez, éste definió con un tiro cruzado: 1-0, que en definitiva era un 3-0, y a otra cosa.

Más obligado que antes, el Santos salió a quemar las naves, pero chocó una y otra vez con la solidez de un equipo que sabe cómo pocos jugar una final A tal punto que el equipo local mantuvo el dominio de la pelota, pero cada vez era más intrascendente su labor y a los 35 minutos, Delgado estuvo muy cerca de aumentar con un remate cruzado, apenas alto A esa altura daba la impresión de que la lucha se había terminado en ese minuto 20.

Nada cambió en el segundo tiempo. Los brasileños siguieron buscan el arco de Abbondanzieri, pero con muy pocas ideas. Así, el negocio seguía siendo de Boca, que en ningún momento puso en riesgo su victoria, aún cuando todo el Santos estaba en su campo. Al contrario, ahí fue cuando mejor jugó el equipo de Bianchi.

El complemento fue el monólogo de una infructuosa búsqueda de parte de los locales y la serena, firme, inexpugnable resistencia del equipo de Carlos Bianchi, con once titanes distribuidos por todo el campo de juego.

El técnico del Santos intentó inyectarle ánimo a su equipo, sacudirlo de alguna manera, haciendo algún cambio... Incluso Alex, a los 30 minutos sacó un tiro de otro partido y empató 1-1.

Después llegó el tiempo para aguantar y esperar alguna contra, que llegó de la mano del "Chelo", quien ante la salida del arquero Fabio Costa le pegó desde más de 50 metros a ras del piso: 2-1.

Y por si fuera poco, ya con el roquense Miguel Caneo en la cancha, llegó la jugada que bajó la cortina: penal a Cángele que Schiavi cambió por gol.

Después llegaron los festejos en medio de la multitud del 'Morumbí'. Uno de los más emocionados fue la figura de la noche, Sebastián Battaglia, quien dijo "que sin dudas fuimos los mejores de América. A pesar de que algunos nos dieron por perdidos nos recuperamos y logramos la copa".

Con la tranquilidad que lo caracteriza, Carlos Bianchi dejó en claro que "esta victoria debe ser de la Argentina. En un determinado momento todo el estadio gritaba Brasil, Brasil. Y yo no veía camisetas azules y amarillas, para mi las de Boca eran celestes y blancas".

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