Miércoles 30 de julio de 2003

Vale Cuatro rompe esquemas y suma en la música

El grupo viedmense va del clásico, al jazz y del renacimiento al tango sin prejuicios

VIEDMA (AV).- Un concierto del grupo Vale Cuatro es una experiencia única. Lo que sucede en cada encuentro es algo muy personal y distintivo, ya que el cuerpo de cada presentación es una sumatoria de conceptos, gustos y estilos irreproducible. En ese mundo musical conviven danzas medievales con Piazzolla, polkas con Satié, Vivaldi se sucede a "Los mareados", el blues y el jazz se cruzan con Handel o Telemann; y todo eso se fusiona en una profusión de instrumentos conjugados de modos no muy ortodoxos.

Nenona Cuestas, Elena "Beba" Sarracini, Claudia Juncal y Guillermo Campano son los integrantes de este grupo viedmense, y ejecutan laúd, clave, piano, mandolín, acordeón, saxos -soprano, tenor, alto y barítono-, flautas -soprano, sopranino, piccolo, contralto, tenor, dulces y traversa-, entre otros instrumentos, para concretar un repertorio amplio y variado. Y si bien es un cuarteto, las formaciones sobre el escenario varían de dúos a tríos en distintos pasajes, de acuerdo con lo que requiera cada pieza. A mediados del 98 se realizaron los primeros encuentros de un grupo grande de músicos comarcanos que se denominó "Entre nos", en el que se gestó el actual cuarteto. Luego de un par de presentaciones, finalmente debutaron como Vale Cuatro el primer día del año 2000 en el balneario El Cóndor.

Guillermo explica que "en un principio predominaban las músicas del renacimiento y del barroco; pero luego fuimos aunando esto con ritmos populares como tango, jazz o cosas más modernas", aunque Nenona acota que "desde el principio la idea fue la diversidad".

Y esa diversidad proviene de las formaciones e intereses individuales; Beba se inclina por el barroco y la música del renacimiento, Claudia siempre se manejó con lo clásico, Guillermo -acorde a su edad- está más cerca del jazz, el rock y lo experimental, y Nenona -de formación clásica- admite que le "tiran" las ideas nuevas. Y lo más interesante es que esta conjunción suena coherente "Uno, dentro de las limitaciones que tiene, toma estas tendencias, las recibe y las acomoda a lo que siente. La coherencia está en la forma en que uno registra y transmite", afirma Guillermo.

Nenona es la encargada de realizar los arreglos, pero, como ella dice, "quien más se anima a romper con las estructuras es Guillermo. Hay una adaptación de todas las músicas para la diversidad de instrumentos que hay en el grupo; así es que tocamos música antigua con saxo, o clásica con mandolina". De esta manera se crea una atmósfera personal, ya que si bien son instrumentos tradicionales, lo que no es tradicional es la forma en que se utilizan en los géneros "Nosotros tenemos entusiasmo y placer, y cuando estamos bien, eso aparece" afirma, y explica que es muy importante tocar "sin pensar que estamos haciendo la 'gran cosa', pero haciéndolo bien, con mucha fuerza".

"Una de las cosas que nos acercaron", explica Campano, "fue el cortar con la estructura del perfeccionismo; no podemos tocar con la exquisitez de Barenboim, entonces no nos tomemos tan en serio, porque tendríamos que estudiar un siglo para llegar a eso. Toquemos lo mejor que podamos, pero sin esa cuestión rígida. Ni nosotros, ni el medio, damos para esa postura".

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