Domingo 20 de julio de 2003

 

Al ritmo de chacarera

Lo definen claramente como el baile de los pobres, del que durante muchísimos años se hizo eco el norte argentino. Pero semejante baile pasó a ser patrimonio de todos, del país entero. Para escuchar, tocar o bailar, un ritmo absolutamente argentino, divertido y alegre.

Pero claro. Tiene un sinónimo preciso que es la vieja y castigada provincia de Santiago del Estero, no por eso menos cargada de historia y tradiciones. Siempre digo que esta provincia, si fuera un historiador, en un juego caprichoso de comparaciones, podría contar cómo fueron cada una del resto de las provincias argentinas a lo largo de los años. De cerca miró a sus vecinas y de lejos a las otras, pero las vio crecer a todas.

Pero no es de Santiago del Estero de lo que quiero hablar, sino más bien de un sinónimo. De la chacarera como baile que no tendría razón de ser si no existiera la música que la inspira, que la hace vibrar y que en los sectores más tradicionalistas del país se convierte en una invitación a divertirse.

Según cuentan los que conocen de música y baile, (de paso aprovecho para aclararles a los lectores que me escriben, que quien firma esta columna no es ni historiador ni estudioso del folclore, sino simplemente un amante de esta música), la Patagonia fue una de las zonas junto al Litoral, en la que no prendió con fuerza la chacarera ni como música ni como baile.

Sí en cambio, todas las provincias del norte la fueron adoptando como ritmo propio hasta lograr que dejara de ser el baile de la periferia de los pueblos y ciudades para convertirse en la música de todos. Pueden dar testimonio de ello las provincias más viejas del país como Córdoba, La Rioja, Catamarca, Salta, entre otras.

Hoy en día, todavía siguen siendo testigos de esta pasión por la música y el baile, los patios de tierra, donde cada fiesta o cada fin de semana sirven de excusa para bailar una chacarera.

Se me ocurría pensar que lo ocurrido con la chacarera durante años, claro que con décadas enteras de escuchar y bailar el ritmo, se asemeja al fenómeno de las bailantas y el cuarteto, que en la Argentina fue durante años la música de la periferia, "de los negros" como decían los más despectivos y que de pronto fue la música elegida en distintos estratos de la sociedad cada vez que querían o quieren divertirse. Lógicamente si uno mira las raíces de la música y del baile, encontrará que la chacarera tiene larga historia, más o menos desde 1850 y que la música de las bailantas es relativamente nueva.

Respecto de la fecha en que más o menos surgió esta música, no existen registros que hablen de su presencia antes de 1850.

Algunos estudiosos de la música y del baile dicen que en realidad la chacarera es pariente directa del gato

Hay también, por supuesto, diferencias de gustos y de públicos, sólo que para el caso sirve como ejemplo.

Para terminar, déjeme que le sugiera una buena chacarera "pa que sepa lo que es bueno": "Chacarera del rancho", de la que hay una muy buena versión de Los Nocheros, "A don Ata", por Horacio Guarany, "Borrando fronteras", por Los Carabajal, "Del Norte cordobés", por Huella Pampa. Disfrútelas.

 

Jorge Vergara

jvergara@rionegro.com.ar

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