Doble estreno para el Coro Universitario

Pondrán en escena la "Misa" de Stravinsky y estrenan un documental.

El Coro Universitario del Comahue y su maestro Daniel Costanza se presentan hoy, mañana y el domingo a las 21:30.

NEUQUEN (AN).- Llegó el día del estreno. Una doble apuesta a favor del arte neuquino. Es el día en que los amores volcados en cada día de ensayo, en que cada imagen capturada por el ojo curioso de una cámara, se arroparán con las mejores vestiduras para de inmediato desnudarse en público. Como pasa con los actos amorosos compartidos El Coro Universitario del Comahue y su maestro Daniel Costanza, hoy, mañana y el domingo, a las 21.30, en la casa de la agrupación, ubicada en Independencia 1938 de esta capital elevará la "Misa" Igor Stravinsky, una obra escrita entre los años 1944 y 1948, y estrenada por aquellos tiempos nada menos que en la Scala de Milán. Y también en estreno se verá "El maestro y el coro", un mediometraje documental con el que Mario Tondato cuenta la larga historia de la agrupación coral desde sus inicios, hace más de 20 años El filme representará "un acercamiento a las búsquedas, pasiones y obsesiones que hacen de esta agrupación uno de las máximos referentes de la actividad cultural de la Patagonia".

Para tres noches plenas, regresa la "Misa Brevis" de Giovanni Pierluigi da Palestina, calificado entre los críticos como el compositor más grande del Renacimiento, "la edad de oro del contrapunto vocal sin acompañamiento".

Estos conciertos, del ya exitoso y reconocido nucleamiento coral, son auspiciados por el "Río Negro". Las entradas se deben adquirir en Todomúsica.

Respecto al esperado estreno de la "Misa" de Igor Fiodorovich Stravinsky, el director Constanza, brindó un acabado informe. Es una obra para coro mixto y doble quinteto de vientos, pero se debe hacer la salvedad que para este estreno se la escuchará con acompañamiento pianístico a cargo del talentoso Agustín Bonet.

La "Misa" es la obra de un hombre de 65 años -explicó Daniel- no se trata de una obra de la vejez, pero sí de una obra que procede de una larga experiencia, incluso como compositor de música religiosa, y que se encuentr en el umbral de su estilo tardío. Fue escrita entre los años 1944 y 1948, y estrenada ese año en la Scala de Milán.

La "Misa" de Stravinsky no puede considerarse como una misa modelo, pero por su densidad y por su unidad puede establecer un fuerte vínculo de unión con quien la escucha. Incluso quien se mantenga al margen de la música religiosa contemporánea, al escuchar por primera vez la Misa no podrá evitar la idea de encontrarse ante una obra surgida de la inquietud creadora y del fervor religioso, rígida como un icono, hierática. "La música religiosa sin religión es casi siempre vulgar", señaló el propio Stravinsky.

En el inicio y el final de la "Misa", el "Kirye" y el "Agnus Dei", en tanto cantos de súplica de los creyentes, son exclusivamente corales; la polifonía se sucede y cada sílaba está sometida al mismo metro. El Credo (centro espiritual de la obra, núcleo donde reúne la súplica, la confesión y el conjuro) comienza por la entonación gregoriana, continúa con el silabeo hímnico de los doce artículos de fe y concluye en el doble Amén del coro. El "Gloria" y el "Sanctus", en cuanto cantos de alabanza y confesión, alternan los solos y los coros. En ninguna parte de su "Misa" abandona Stravinsky el coro a capella, incluida la parte final, que desde lo puramente vocal se eleva al mensaje de la palabra y nos deja atentos, esperando más.