Martín Villalba "viste" la opresión

El artista plástico regresó a Neuquén y expone sus obras en la Sala Saraco.

Martín Villalba sueña con que sus obras sean conocidas en diferentes puntos del país.

NEUQUEN (AN).- Un joven deja atrás las puerta de una empresa, camina unos pasos y con mezcla de furia, angustia y desesperación arranca de su cuello una incómoda corbata. A unos metros, Martín Villalba lo observa con sorpresa, y al instante lo invade una imagen, arriba la musa. Corre a su casa y comienza a crear. Uno de sus sacos de vestir se transforma en imagen de opresión social, de alienación globalizante. La corbata muta en gruesas cadenas y los botones son candados que apresan al angustiado joven.

Martín Villalba es un artista plástico que hace un tiempo mudó todas sus pertenencias a la capital federal, pero que hace 31 años nació en Neuquén. Desde el viernes pasado se encuentra exponiendo sus obras en la Sala Saraco Allí se puede ver desde una serie de seis cuadros de su autoría (teñidos con algunos aportes del arte erótico japonés, lejos de lo obsceno, cerca de la sensualidad), hasta una mini retrospectiva de muñecas, pasando por una instalación de sacos textiles que ante un primer vistazo dan la impresión de ser especies de cárceles colgantes.

La temática que utiliza Villalba viaja por carriles diferentes, laberínticos, pero confluyen con total armonía. Hablan del ilusionismo, el erotismo y la opresión de la realidad social contemporánea.

El neuquino tomó como tema de trabajo y estudio "la muñeca", y a partir de allí dice haber encontrado su "camino" dentro del arte plástico. Asegura que con esta temática logró "una impronta" en un ambiente en el que es bastante difícil ganar prestigio. "Comencé a estudiar el tema de la muñeca desde su aparición, en los años '50, hasta la actualidad".

Así consiguió "una reconceptualización de la muñeca", echando mano a recursos estéticos personales como el alargamiento de los miembros, uñas largas, rostros "pacíficos", trazos negros, adoptando una temática que se inclina por el amor y que insiste con "la doble lectura". Sus creaciones monocromáticas (sólo trabajó con tinta y papel) fueron expuestas en las salas londinenses "Fuhlan 60", "Going Loco" y "Clapahn North Galery".

Las muestras en tierra inglesa "tuvieron un éxito bárbaro", asegura el artista, que ya sueña co que sus obras se conozcan en diferentes puntos del país. Por eso es que tiene casi cerradas las negociaciones para transportar sus creaciones a salas de Rosario y La Plata, y para agosto piensa exponer en el centro cultural de la coqueta Recoleta bonaerense "una serie de instalaciones aéreas que simularán ser artefactos colgantes de iluminación".

Para el 2003 Villalba decidió archivar sus "dolls", con las que trabajó en forma ininterrumpida a lo largo de dos años y medio. Luego del nacimiento de su primogénito comenzaron a surgir nuevas ideas, y así aparecieron aquel traje con cadenas y candados, el saco con mangas que se anudan a la espalda al estilo de chaleco para locos, esa corbata gigante que colgada en la sala Saraco se transforma en un enorme nudo para ahorcarse y las instalaciones colgantes que saldrán a la "luz" en agosto Villalba se siente cómodo sumergido en mundos donde todo se ve en dos y tres dimensiones. "Son mi fuerte", dice este artista, que asegura ser "un pensador e ilusionista" de las artes, un tipo que descifra las imágenes mentales y las convierte "en imágenes reales".