"La fiaca es el motor de la historia" para Sáenz

Aplaudió a los actores que interpretaron su obra

Dalmiro Sáenz, un escritor que trabaja para no trabajar.

ALLEN (AA).- Con total desparpajo, y dejando con su huella las particulares definiciones -en torno de la vida, la escritura y el trabajo- que sólo él es capaz de dar, el conocido y polémico escritor Dalmiro Sáenz, pasó por Allen para ver en escena "¿Quién, yo?", una obra de teatro que brotó de su imaginación y plasmó en un exitoso libro.

Paseó, se divirtió en el Valle, según él mismo contó, y luego regresó a Buenos Aires. El sábado, a minutos de su llegada y apretado por el horario de estreno del espectáculo, que recrearon con soltura Ricardo Skop y Matías Gallardo del grupo "Sueños del Valle", Sáenz compartió una charla con periodistas. Allí, habló de cuanto quiso, y se le preguntó, con genial humor y mucha ironía.

Ingresó a una confitería céntrica de la ciudad, con una impecable camisa azul, y, además de contar de qué se tratará su última publicación, desglosó parte de su filosofía de vida: la maravilla de "escribir y vivir sin trabajar", el motor que, según él, lo volcó de lleno a la literatura.

"Es así, la fiaca es el motor de la historia", lanzó ante una de las primeras preguntas. "Yo odio el trabajo entonces una de las formas de trabajar liviano era escribir, también boxeé muchos años para no trabajar. Mi madre me decía vos trabajás tanto para no trabajar y era cierto...", disparó.

Sin embargo, aunque cueste contradecirlo, con sus 77 años a cuesta, hoy Sáenz sigue trabajando y más que nunca. Luego de su última publicación sobre la vida de Ptolomeo, ahora está finalizando una novela sobre Herodes que está próxima a editarse. "Junté datos sobre Herodes, y me gustó hacerlo, era muy burócrata y me di cuenta que la matanza de los chicos inocentes que se atribuye él es una leyenda. Es muy lindo tener toda la información de un personaje, ahora lo estoy terminando y va a salir dentro de 3 ó 4 meses", adelantó.

En sus primeros años mozos el autor hizo vida de marino y luego de boxeador, contó, recién "cuando era un viejo choto, cerca de los 40 me volqué a la escritura". Sin embargo sus primeros cuentos datan de sus años en la Marina Mercante.

"Trabajar es duro -insistió- por eso es que el que trabaja no tiene tiempo de ganar dinero, el que trabaja es porque es realmente es haragán, hace una cosa que sabe hacer de memoria, una destreza, para no pensar", sostuvo.

Escribir un libro, para Sáenz, implica un esfuerzo pero "no es trabajar, escribir es divino, te divertís mucho", opinó, apuntando con entusiasmo que están surgiendo cada vez más amantes de la letras "escritores y lectores".

Sáenz presenció en primera fila el estreno de su obra, llevada con agilidad sobre el escenario, y fue el primero en felicitar a los actores.

El estreno del nuevo trabajo de Sueños del Valle subió a escena el sábado en el Teatro Municipal, y el resultado fue el esperado. A Sáenz pareció cautivarle la particular adaptación de su obra a tan sólo dos actores, a tal punto que se atrevió a bromear e ironizar (quién más y mejor que él para eso), sobre la buena estrella puesta de manifiesto por el director del grupo: "¿lo hicieron a propósito o serán pobres ustedes?". (S.S.)