jueves 19 de junio de 2003 | ||
En Catriel luchan para que el "rayito de luz" llegue a más vecinos CATRIEL (ACA).- Un rayito de luz, significa más que una operación a la vista. Es un cambio de vida. Porque se abre un abanico de posibilidades a la persona que estaba incapacitada para movilizarse, trabajar y disfrutar de los maravillosos matices de la vida. El Club de Leones de Catriel, a través de la campaña "Un rayito de luz", posibilitó que durante el año pasado, 11 personas de escasos recursos fueran intervenidas quirúrgicamente de cataratas, glaucoma y retinopatía. Ninguna intervención se hubiera podido concretar a través de Salud Pública, porque no cuenta ni con insumos, ni presupuesto. A través de diferentes eventos -en los cuales la comunidad realizó su aporte- se recaudó el dinero, para la compra de lentes y el traslado de los pacientes a Roca, donde fueron atendidos solidariamente, por el oftalmólogo Gustavo Patiño. "Después de la operación de Benigna Saéz de Vázquez, muchas personas discapacitadas visualmente se han acercado para que los operemos", comentó la presidenta del Club de Leones, Aída Moure. El 5 de julio, se operarán nueve pacientes más. Para que estas personas recuperen la capacidad de ver, el Club de Leones debe conseguir el "set" de lentes intraoculres, que cuesta 300 dólares. Además se debe realizar un tratamiento previo a la operación con una serie medicamentos. "Los lentes, por suerte, ya los conseguimos. Nos faltan fondos, para pagar los medicamentos posoperatorios", agregó Moure. La obra solidaria retribuye a los leones y al doctor Gustavo Patiño- de Roca- con el agradecimiento de los que recibieron el " rayito de luz" Moure recordó el caso de Liliana, una paciente, que desde la adolescencia padecía diabetes juvenil. Durante toda su vida dependió de insulina, pero la falta de recursos hizo que su estado de salud se fuera deteriorando. Esta enfermedad le fue ocasionando problemas en los riñones y en la visión. Tanto, que a los 44 años padecía insuficiencia renal y estaba prácticamente ciega", relató la titular del club de servicios en la ciudad. "Cuando ella llegó a mi consultorio- recuerda la leona- me dijo que sabía que el fin de su vida estaba cercano, pero lo único que quería era volver a ver la cara de su hijo" Finalmente Liliana fue operada por el doctor Patiño, y pudo volver a mirar a los ojos a su hijo. "Después de la operación nos llamó para transmitirnos la alegría que sentía, pero como si supiera que se iba a ir de este mundo, a la semana nos abandonó", contó Moure. Liliana pudo disfrutar de todo lo que significa ver, por muy poco tiempo. Sin embargo, la obra de servicio perdura. No sólo en la vida de sus seres queridos, que la vieron como nunca después de la operación. También en todos aquellos que esperan un "rayito de luz" y que hacen valer la pena de cada labor solidaria encarada por los leones de esta ciudad.
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